19 marzo 2024
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Embadurnados de harina

A ver si a alguien le suena esta escena

Estáis tecleando frenéticamente, cuando una vocecita interior os avisa de que tal vez sería hora de que comierais algo. Otra vocecita le contesta: «Uf, ¿ponerme ahora a cocinar?». Mientras cerráis el segmento activo en la TAO de turno, miráis de reojo la hora y decidís que es tarde, y que si queréis comer algo más elaborado que un sándwich de jamón y queso, os convendría ir yendo hacia la cocina. Donde caben dos opciones: 1) descubrís que la nevera está casi más vacía que vuestro estómago (siempre y cuando hayáis evitado el picoteo mañanero), excepto por un par de huevos, un yogur, dos manzanas, pan de molde, algo de jamón york y queso en lonchas; 2) encontráis un número razonable de provisiones aptas para ser cocinadas o incluso calentadas, pero decidís que poneros a cocinar o pseudococinar os da tanta pereza como preparar las declaraciones trimestrales (o sea, mucha). Tras examinar vuestras opciones, por supuesto, termináis preparando un sándwich de jamón y queso. Por tercer día consecutivo, y encima os lo coméis mientras revisáis vuestra cuenta de Facebook.

Reyes Bermejo, ganadora de «Un lugar de cuyo nombre sí quiero acordarme»

El pasado 3 de octubre, durante la asamblea ordinaria de Asetrad celebrada en Santiago, se realizó un sorteo en el que salió premiada Reyes Bermejo, que nos envió una escena de jardín con la siguiente descripción: Donde me siento a escuchar y observar a los pájaros, junto al pozo de la casa de la sierra. Reyes ha recibido como premio la versión electrónica del Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina.

¡Enhorabuena!

No decimos que esa escena suceda siempre ni en todos los casos, pero sí que es muy frecuente, y admite variantes. Por ejemplo, puede que en vez de hacer el sándwich saquéis del congelador cualquier plato precocinado, que suelen ser resultones y lo aguantan todo, o alguna lata de la despensa. Incluso cabe el agravante de que seáis dos los que os levantáis a ver qué hay en la nevera, y que terminéis por preparar dos sándwiches, y no uno. Y el caso de los intérpretes no es mucho mejor, porque a las jornadas traduciendo o preparando los temas en casa se suceden días en los que se come (o malcome) fuera, y en ocasiones a salto de mata, entre trenes, aviones, taxis y otros medios de transporte.

Pero, afortunadamente, estamos asistiendo a una época en la que en todos los medios se nos bombardea con la importancia de comer bien, de dejarnos de platos precocinados y dedicar un rato a cocinar algo, por simple que sea, que nos permita liberarnos de la tiranía de los platos congelados, las latas y los sándwiches… y que nos aleje del ordenador a la hora de la comida. Hemos decidido aprovechar esa moda y el tirón de los concursos televisivos de cocina para proponeros un certamen de recetas de cocina, que además vendrá que ni pintado para el número 13, que, como podéis ver por nuestra contraportada, será un especial de cocina y gastronomía.

Lo que proponemos

¿Hay algún plato que os salga especialmente bien y del que estéis orgullosos? ¿Tenéis alguna receta, propia o ajena, que os saque de más de un apuro? ¿Queréis presumir de cocinillas ante los colegas? Os animamos a compartir con nosotros fotos y recetas de esos platos. No importa si se trata de algo elaborado o sencillo, dulce o salado, de una ensalada resultona o de un plato de cuchara. También sirven panes, bollos, galletas y tartas. Incluso os permitimos que sean bocadillos, siempre que tengan un mínimo de preparación y que no consistan simplemente en meter jamón y queso entre dos trozos de pan… a no ser que el pan lo hayáis horneado vosotros mismos, con lo que la cosa cambia, claro.

Desde la redacción de la revista aportamos este ejemplo:

Sufrida Traductora: «Carrot Cake adictivo»

Lo preparo según la receta de este blog, pero prescindo del glaseado. Reduzco un poco la cantidad del aceite, a menudo le pongo menos nueces y uso azúcar mascabada, en vez de azúcar morena. No me corto con la canela. Lo más engorroso: rallar las zanahorias y picar las nueces. Lo más sorprendente: la zanahoria, si está bien rallada, «desaparece» como si se fundiera. Aguanta bien varios días envuelto en film de plástico o en la nevera y es ideal para desayunar o para la «gusa» de media tarde. Es difícil que salga mal.

BASES

Tema: foto de una receta preparada y fotografiada especialmente para la ocasión, junto a una breve descripción de la receta (máximo, alrededor de 130 palabras). Si hacéis una sacada de un blog, propio o ajeno, podéis incluir el enlace a la receta, pero la foto tiene que ser original y del plato hecho por vosotros, y tendréis que acompañarla de un breve texto explicativo.

Título: nombre de la receta.

Formato: JPG o GIF, buena resolución (horizontal o vertical).

Idioma: de libre elección.

Fecha límite de presentación: 1 de agosto de 2016.

Dirección de envío: contexto.linterna@gmail.com

Sorteo: como viene siendo habitual, entre los participantes se sorteará un libro, cortesía de Asetrad. El título se dará a conocer en el número 13.

La redacción se reserva el derecho de no publicar aquellas fotografías o recetas que, a su criterio, puedan resultar ofensivas para personas o instituciones, o que no reúnan unos niveles mínimos de calidad. En el caso de que la cantidad de fotografías recibidas supere el espacio disponible en la sección, la redacción seleccionará las que considere más interesantes o representativas o habilitará un espacio web para publicarlas. Al participar en el certamen, se entiende que los autores dan su autorización para la publicación de sus fotos en La Linterna del Traductor. No obstante, las fotografías seguirán siendo propiedad de sus respectivos autores.

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