28 marzo 2024
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Mortadelo y Filemón: ¿podemos realmente hablar de traducción?

En este artículo se presenta la elaboración de una tesis doctoral dedicada a analizar la traducción al alemán de las historietas gráficas de Mortadelo y Filemón, de Francisco Ibáñez. El autor se apoya en criterios traductológicos para determinar que la versión alemana es, en realidad una adaptación del original español, y no estrictamente una traducción..

Reflexionando sobre las versiones en otros idiomas de Mortadelo y Filemón, una serie de tebeos que llevan muchos años haciendo reír a varias generaciones, considero que resultará de interés para el lector aficionado examinar estas ediciones no españolas desde un punto de vista completamente nuevo: el traductológico.

En mi trabajo voy a abordar la investigación de esta gran obra del cómic teniendo en cuenta lo que estos dos detectives chiflados han aportado al acervo cultural de los españoles. Ahora bien: la dificultad que conlleva el análisis de un texto de estas características desde un punto de vista traductológico puede ser considerable y reservar algunas sorpresas.

Para empezar debemos formularnos la siguiente pregunta: ¿podemos realmente hablar de traducción en este caso, o más bien de una adaptación? Como respuesta, seguramente cualquier profano en la materia daría un «sí» rotundo a la
traducción, pero no debemos olvidar que en el campo profesional, tanto de la traducción como de la traductología, existen multitud de variantes desde una perspectiva formal que pueden llevarnos a encontrar otras respuestas.

Por ello, y como paso previo, conviene clarificar algunos términos: ¿qué es exactamente una adaptación? Grosso modo, podríamos decir que la adaptación es un proceso de sobretraducción o extralimitación en el trabajo de traducción que se lleva a cabo en algunos textos con el fin de ajustarlos a determinadas condiciones culturales, lingüísticas, semánticas o de distinta índole, que provoca que el texto traducido se distancie del texto original más de lo que lo haría en el caso de una mera traducción. Para no resultar demasiado farragoso, describiré brevemente los diferentes tipos de adaptación, con arreglo a lo dispuesto en los tratados de traductología en todas sus variantes. En el caso de la transcripción del original no estaríamos hablando de un tipo de adaptación en sí, sino más bien de un recurso empleado por el traductor para copiar con la mayor literalidad posible el texto original, a veces incluso rozando el calco; la omisión se produce cuando se eliminan partes del texto; la expansión, cuando sucede lo contrario; el exoticismo consiste en la sustitución de palabras características de la lengua de partida que resulten incomprensibles para la lengua de llegada (como puede ocurrir con términos en argot) por otros términos o expresiones relativamente ambiguos o poco explícitos en la lengua de llegada, de forma que el lector del texto meta pueda hacerse una idea aproximada de lo que el autor original quiere transmitir; la puesta al día consiste en reemplazar los términos que pudieran haber quedado obsoletos por otros más acordes con el momento presente; la equivalencia situacional utiliza en el texto meta un contexto de desarrollo que resulta más familiar para el lector de dicho texto que el que se ha empleado en el texto original; y la creación consiste en incluir en la traducción una parte de texto que no existe en el original.

Por tanto, podemos concebir como adaptación toda una serie de procesos a los que se somete un texto para dar lugar a otro diferente que, conservando la esencia del original, introduce cambios de registro o de nivel, pudiendo llegar incluso al extremo de añadir o eliminar partes.

En relación con este aspecto es importante aclarar que dentro del campo de la investigación sobre la traducción del humor, tanto gráfico como meramente textual, no existe un consenso terminológico, lo que permite que en un mismo artículo podamos encontrarnos con la utilización e incluso con la alternancia de términos a primera vista similares, como humor, comicidad, etc. Por este motivo pueden llegar a producirse discrepancias a la hora de tratar el estudio de la traducción del humor. Sea como fuere, el asunto que aquí nos ocupa es el referente a los matices culturales en la traducción del humor gráfico, puesto que, como ya hemos comentado al principio, son fundamentales para comprender el texto desde un punto de vista teórico.

Asimismo, en la investigación de este tipo de obras con frecuencia nos enfrentamos a dificultades diversas: en primer lugar, en el estudio de los cómics es frecuente comprobar cómo las pocas investigaciones existentes no han incidido demasiado en cuestiones traductológicas o adaptativas, sino que se han centrado, sobre todo, en cuestiones pictográficas y léxicas, tanto de la lengua de partida como de la de llegada.

Además, nos encontramos con la ausencia casi total de estudios anteriores sobre la traducción de cómics españoles a otros idiomas, al contrario de lo que sucede con la traducción de los cómics japoneses, que cuentan con millones de seguidores a lo largo y ancho del planeta. Aunque la abundancia de material en este campo concreto podría orientarnos hacia una bibliografía especializada sobre traducción de cómics, resulta insuficiente para abordar una investigación de un trabajo tan complejo como el análisis de la traducción de esta obra, teniendo en cuenta las peculiaridades lingüísticas, gráficas y de otra índole que puede presentar.

No obstante, sí se cuenta con un buen número de traducciones al alemán (en torno a 200 ejemplares traducidos), aunque no todos estén a la venta, puesto que algunos ya han sido descatalogados.

Para la realización de este trabajo de investigación, y después de haber analizado exhaustivamente los cómics de Mortadelo y Filemón, comparando las versiones españolas con las alemanas, parto de la hipótesis siguiente: en el caso de Mortadelo y Filemón, no nos encontramos ante una traducción stricto sensu al alemán, sino que, desde un punto de vista meramente formal y traductológico, estamos ante una adaptación lingüística y cultural.

Para intentar verificar la hipótesis no pretendo llevar a cabo un análisis estrictamente lingüístico de la versión traducida ya que, si lo hiciera así, dicho análisis no pasaría de ser un simple comentario de traducción. Lo que haré será adentrarme en los rasgos discursivos del texto y analizarlos en función de las teorías traductológicas que conocemos para dar respuesta a la pregunta que nos formulamos: Esta obra, ¿es una traducción, o contiene elementos que permitan catalogarla como adaptación? Para responderla he realizado un análisis exhaustivo del total del universo muestral de álbumes de Mortadelo y Filemón disponibles. Los tipos de adaptación con los que he trabajado, en función de cada una de las diferentes variantes que presenta el texto, son: transcripción del original, omisión, expansión, exoticismo, puesta al día, equivalencia situacional y creación.

A las dificultades añadidas en la realización de este tipo de investigaciones, hay que añadir otra: la traducción del humor gráfico, sobre todo en forma de tebeo, ha sido concebida como un tema tabú, puesto que encierra muchas más complicaciones y procesos traductológicos de los que en un primer momento se podría pensar. La realidad es que la curiosidad con la que tanto el público en general (casi siempre de forma intuitiva) como los profesionales de la traducción (casi siempre como efecto secundario del ejercicio de su labor) y los investigadores se acercan al campo de la traducción del humor pronto se suele tornar en escepticismo o frustración. Esto, a mi juicio, se debe a factores de diverso tipo, algunos de los cuales se relacionan con la complejidad que presenta un tema aparentemente poco serio cuando se profundiza en su análisis, o a la ausencia de bibliografía especializada al respecto. Conviene no olvidar que en una investigación de estas características hay que tener en cuenta, sobre todo, factores de tipo traductológico: tipo de traducción o de adaptación, registro idiomático, características culturales, etc.

Precisamente son estas características culturales las que van a provocar que se lleve a cabo un tipo de traducción o de adaptación concreto. Sirva como ejemplo esta frase original: «Are you toreador? Sí señora, pero sólo por las mañanas; por las tardes soy árbitro de tercera regional y en mis ratos libres me columpio en el bigote de Pinochet». En este caso, el traductor ha optado por adaptar íntegramente el texto, sin hacer referencia alguna a la situación original; así, lo que el texto alemán vendría a decir en español, si hiciésemos una retraducción literal, sería lo siguiente: «¿Qué quiere decir con eso? No me moleste, soy un agente secreto extranjero». Ante esta traducción, la pregunta que hay que formularse es: ¿tiene esto algo que ver con el texto original? Evidentemente, no; aquí nos encontramos ante un caso flagrante de adaptación por creación con aderezos de omisión, puesto que el traductor se ha inventado otro texto que nada tiene que ver con el original y ha suprimido el primero por completo. En otro ejemplo nos encontramos con una frase de Cristóbal Colón en la que se dice: «¡Aaaaah, por fin! ¡Distingo una costa e nutrida caterva en holganza, con quejas e pancartas! ¡Aquesta es la mi España!». Mediante giros pseudoarcaizantes, este texto pretende situar al lector en el año del descubrimiento de América, 1492. El traductor de alemán ha optado por eliminar estas referencias culturales y presentar un texto plano. La retraducción literal del texto alemán sería la siguiente: «¡Tierra! ¡Veo tierra! Y es una costa que conozco… ¡Es mi querida España! ¡Estamos en casa! ¡Mirad!», creando un caso de adaptación por equivalencia situacional, puesto que es posible que para el lector alemán el uso de arcaicismos en su lengua no tenga las mismas connotaciones que para un lector español, de modo que se ha optado por facilitar la comprensión del contexto cultural eliminando los matices introducidos por la lengua española. Sirvan estos breves ejemplos para ilustrar las dudas existentes sobre si se trata de traducción o adaptación. En ese sentido, la investigación que estoy realizando debe servir para aclararlo.

Para finalizar, he de manifestar que la necesaria brevedad de un artículo y el hecho de que la investigación aún no haya sido publicada me impiden ser más exhaustivo en cuanto al aporte de datos que fundamentan la conclusión de dicha investigación. Solo apuntaré que los datos obtenidos me permiten afirmar que, en el caso de Mortadelo y Filemón, no nos encontramos ante una traducción al alemán stricto sensu, sino ante una adaptación lingüística.

Mi deseo es que este trabajo de investigación sirva como modesto reconocimiento a un gran genio del humor (Francisco Ibáñez) y sea útil para abrir una nueva línea investigadora que permita profundizar más en este apasionante campo del saber traductológico.

Alberto Cabrerizo
Alberto Cabrerizo
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Es doctor en Ciencias de la Educación por la UNED, licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad Pontificia Comillas, diplomado en Pedagogía del Violín por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y traductor-intérprete jurado por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Aunque trabaja como traductor e intérprete autónomo a tiempo completo desde el año 2006, su verdadera pasión siempre ha sido la música, que lo atrapó a la tierna edad de seis años y no parece tener mucha intención de dejarlo marchar. ¿Y quién ha dicho que quiera marchar?

Alberto Cabrerizo
Alberto Cabrerizo
Es doctor en Ciencias de la Educación por la UNED, licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad Pontificia Comillas, diplomado en Pedagogía del Violín por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y traductor-intérprete jurado por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Aunque trabaja como traductor e intérprete autónomo a tiempo completo desde el año 2006, su verdadera pasión siempre ha sido la música, que lo atrapó a la tierna edad de seis años y no parece tener mucha intención de dejarlo marchar. ¿Y quién ha dicho que quiera marchar?

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