El mundo de la ingeniería de los metales es inmenso, incluso la fase intermedia entre la extracción y el uso final es un laberinto de pasillos grisáceos compuestos por materiales diferentes y por distintas formas de utilizar la física. Este laberinto está alfombrado con miles de palabras hermosas y sólidas como galvanizar, cizallar, punzonar, bocarteo, buje, granalla o crisol, y con otras palabras que relucen como pequeñas hadas que se hayan puesto las botas y la ropa de protección para trabajar entre metales: fresa, nuez, alma…