Por fin, ya puede descansar. Dieciocho meses de locura y sufrimiento la han dejado exhausta y este descanso se lo merece. Se acabaron las esperas desesperantes, la angustia permanente, el peligro que acecha en cada esquina, las tripas revueltas por el hambre, la garganta acartonada por la sed, las llagas en los pies, el frío, el calor, la desesperación, las mafias desalmadas y el horror cotidiano.