No sé dibujar. No había dibujado jamás, pero en mi cabeza siempre han estado los dibujos. Solamente tenía que pasarlos a mis dedos. Ahora me entretengo en ello. Junto líneas, nada más.
Estudié Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada. Después continué con los estudios de Filología Inglesa, también en Granada.
Durante unos años me dediqué a la traducción. Hice una incursión en el mundo de la traducción técnica, pero más tarde me centré en la traducción de artículos y libros sobre pedagogía para una editorial andaluza. Unas oposiciones y la opción de trabajar en la Universidad me han alejado de la traducción como modo de vida. En la actualidad soy jefa de Sección de Ordenación Académica en la Universidad Internacional de Andalucía.
En mis ratos libres, me gusta dibujar. Bueno, ¡la realidad es que quiero aprender a dibujar! Mientras aprendo, sigo haciendo pruebas y mancho papeles.
Mi vida ha dado un vuelco y la rutina la ha roto el cáncer. Ahora, cuando me siento y despliego el arsenal de pinceles, rotuladores y tubos de pintura, el fantasma del cáncer desaparece. La pintura es un bálsamo para mis heridas.