29 marzo 2024
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La traducción del ‘glamur choni’ tiene nombre y empieza por ‘K’

En el mundo de la traducción audiovisual, no todo es lo que parece. Algo que a priori puede parecer un bombazo, puede acabar en agua de borrajas. Y algo que puede parecer el producto más tonto del mundo, puede acabar siendo el producto estrella de una cadena. Por eso, mi lema siempre es: traduce cualquier proyecto como si fuera el proyecto de tu vida. Nunca sabes cómo puede acabar la cosa, ni quién acabará escuchando las palabras que han salido de tu teclado.

Allá por septiembre del 2014 llegó a mis manos un producto audiovisual que había que traducir de manera urgente y al que, en aquel momento, no se le dio más importancia de la que puede llegar a tener un reality cualquiera. Sí, uno de esos cientos que se emiten en las cadenas de la TDT que todos conocemos. En principio, nada nos hacía sospechar que Las Kardashian llegarían pisando fuerte para quedarse entre nosotros unos cuantos años.

Por último, el cliente tenía una petición especial: carta blanca para palabrotas, expresiones coloquiales, bromas, chistes, marranadas y chonicidades varias.

Sin embargo, la cosa ya empezó de manera extraña para todos. El cliente había decidido doblar este producto, cuando lo normal es que se hubiese emitido en voces superpuestas —sí, esa cosa rara en la que el original se escucha de fondo y molesta un montón—. Además, el traductor que fuera a encargarse de Las Kardashian tenía que enviar una lista con todos los trabajos similares que hubiese podido hacer hasta el momento. Los que os dediquéis a la traducción audiovisual sabréis que, cuando un estudio confía en ti, no suele pedirte que actualices tu lista de trabajos realizados, pero en este caso fue así. Por último, el cliente tenía una petición especial —aquella con la que soñamos todos los traductores en general y los audiovisuales en particular— y así me la hizo llegar la gestora de este proyecto: carta blanca para palabrotas, expresiones coloquiales, bromas, chistes, marranadas y chonicidades varias. Cabe destacar que esta libertad a la hora de dejar volar la imaginación para traducir es algo que no solemos tener en casi ningún proyecto. Los traductores, a pesar de lo que pueda parecer, no somos tan traidores. Eso sí, agradezco que me tocase a mí este regalo en forma de proyectazo que me da carta blanca para todo.

Con todo esto, me puse manos a la obra para traducir a unas señoritas a las que, por aquel entonces, en España no conocía ni el Tato, como se suele decir por estos lares. Parece raro que hubiese una época en la que el clan Kardashian-Jenner no estuviera en nuestras vidas, en nuestro Facebook y por todos los rincones del universo, ¿verdad? Pues os aseguro que antes del 2015 era así.

El primer susto me lo llevé cuando, en los primeros treinta segundos del primer episodio (de la temporada 3, porque la 1 y la 2 no se han traducido nunca), una de las hijas le espetaba a su madre que se fuese a chupársela a su marido. Así, tal cual, sin anestesia ni nada. ¡Y mi cliente quería que pusiese eso en la traducción! «Qué remilgada eres», diréis. A ver, todos sabemos hasta qué ridículo punto de suavización tenemos que llegar los traductores audiovisuales en nuestro trabajo algunas veces. Tener total libertad para traducir palabrotas e, incluso, para añadir unas cuantas más al gusto es como un regalo caído del cielo.

Os aseguro que la sensación de que una traducción tuya inaugure un canal de televisión es indescriptible.

Y así llegamos a la segunda sorpresa. En octubre del 2014 nos enteramos de que Las Kardashian inauguraría ese mismo mes el canal en el que iba a emitirse, Fox Life. Os aseguro que la sensación de que una traducción tuya inaugure un canal de televisión es indescriptible. Llamadme boba, pero es toda una experiencia. En ese momento nos dimos cuenta de que se avecinaba algo grande. Las chicas K venían para quedarse, aunque no dieron el auténtico pelotazo hasta que la cadena Ten de la TDT empezó a comprar la serie.

Mi labor de documentación se basa, sobre todo, en prestar atención al entorno que me rodea cuando salgo de la traducueva.

Pero no penséis que estas traducciones son coser y cantar. A pesar de la libertad total que tengo para dar vida en español a este clan lleno de personajes alocados, la labor de documentación me ocupa prácticamente las 24 horas del día hasta cuando estoy en un periodo de descanso entre temporada y temporada. ¿Documentación? ¿Para este grupo de bichos raros? Pues sí, documentación. Eso sí, que no os venga a la mente aquella asignatura un poco «ladrillo» de la carrera que todos recordamos más para mal que para bien. Mi labor de documentación para traducir esta serie —en cuya temporada 14 ya estoy inmersa— se basa, sobre todo, en prestar atención al entorno que me rodea cuando salgo de la traducueva. Me dedico a anotar o memorizar frases, expresiones, comentarios graciosos y mil cosas más de la gente con la que me relaciono; y eso incluye a gente de edades comprendidas entre los 0 y los 100 años. ¿Por qué? Pues porque el clan Kardashian-Jenner está compuesto por gente que está entre esas edades. Tenemos bebés recién nacidos, niños preadolescentes, adolescentes, jóvenes, gente de mediana edad y hasta a la adorable abuela o bisabuela de todos ellos. ¿Qué significa eso? Que necesito constantemente expresiones que encajen con cada una de sus personalidades.

Me viene ahora mismo a la mente la palabra chocho-short, haciendo alusión a un pantalón tan corto que se te ve hasta el… alma.

No os mentiré. Disfruto mucho moldeando la personalidad de cada uno de ellos. A veces me topo por la calle con expresiones o palabras que tengo que meter en la serie sí o sí. Me viene ahora mismo a la mente la palabra chocho-short, haciendo alusión a un pantalón tan corto que se te ve hasta el… alma. Ay, que ya estabais todos pensando en otra cosa. Y ahora que todos mis amigos saben que yo soy la encargada de estas traducciones, hasta me retan a meter no sé qué cosa que han escuchado en boca de una adolescente que iba en el autobús. En fin, como ya os decía, la documentación llega hasta límites insospechados en este caso. Pero la mejor anécdota relacionada con esto fue cuando un día me llamó mi hermana pequeña —universitaria de 20 años— para preguntarme qué narices había hecho, porque ahora todas sus amigas utilizaban algunas palabras o bromas que antes solo usábamos ella y yo para echarnos unas risas. No es que las inventásemos nosotras, pero su uso no estaba tan extendido. Es el caso de palabras como chochetilla, potorro o toto, que utilizábamos, sobre todo, para gastarle bromas a nuestra madre, una señora muy fina que solía escandalizarse con ellas mientras nosotras nos partíamos de risa. Fijaos en cómo será la cosa que, ahora, hasta a mi madre le resultan palabras completamente normales.

Lo bueno de nuestro trabajo es que, a veces, podemos incluso rendirle homenaje en secreto a alguien. En este caso, a mi padre le hizo mucha ilusión escuchar un día en Las Kardashian la palabra pinreles. Es algo que él dice mucho y yo nada, así que enseguida se dio cuenta de por qué esa palabra había sonado en la televisión. Nuestra profesión es bella, compañeros.

Pero las dificultades de este reality no terminan ahí. Como algunos sabréis, lo que hacen las cámaras es seguir durante un montón de horas a los miembros de esta familia mientras salen a comprar, cuando se van de viaje, mientras están en casa descansando e, incluso, cuando están comiendo. Ya suponemos que las conversaciones no pueden ser del todo naturales cuando tienes a 20 personas de producción mirándote desde el otro lado de la cámara; y hay que tener en cuenta que, además, existe un trabajo de edición posterior en el que se cortan o editan cosas. Pero la naturaleza de este programa hace que los textos que hay que traducir sean de lo más variopinto que me he encontrado en todos mis años de profesión. Esto supone, algunas veces, tener que hacer frente a cosas intraducibles, a frases que no tendrían sentido ni gracia si se tradujesen de forma literal. Como sabemos, los traductores no traducimos palabras, sino significados o incluso sensaciones. Nuestra labor es asegurarnos de que el espectador de la lengua meta sienta lo mismo que sintió el espectador de la lengua origen. Este es uno de esos casos:

Khloe How do you spell, like, ‘Damn!’ Is it, like, D-A-Y… ‘Daymn!’

Malika Oh. D-A-Y… U-M.

Khloe A-Y. Dayum! U-M.

Ese era el texto original. En la imagen, Khloe y Malika discutían afanadamente sentadas en la mesa de la cocina sobre la duda existencial de cómo deletreaban ellas la palabra damn. Como imaginaréis, traducir esto al español no tiene ningún sentido y es complicado encontrar una palabra en nuestro idioma que, además de evidenciar la situación cómica de no saber deletrear algo tan fácil, aporte el significado del término original o uno similar. Pues bien, esto fue lo que Khloe y Malika acabaron diciendo en español:

Khloe ¿Qué palabra te gusta más? ¿Potorro o chochetilla?

Malika Chochetilla queda más fino.

Khloe Yo soy más de potorro.

Unas cuantas temporadas después, esta escena me sigue encantando. A veces pienso que si estas pobres personas se enterasen de lo que hago con sus palabras, se echarían las manos a la cabeza. Bueno, aunque visto lo visto, igual se echarían tantas risas como me echo yo traduciéndolas. Otro ejemplo que me recordó hace unos meses un compañero de profesión es la frase «I’m exhausted», que yo traduje por «Me pesa el toto». Pues sí, señores, así es mi día a día con Las Kardashian. De hecho, son muchas las personas que me han dicho que han intentado verla en original —ahora que está tan de moda ser un hípster de la VO— pero que han vuelto a la versión doblada porque es mucho más graciosa. Para mí, como traductora, es todo un honor. Sobre todo viniendo de un producto que, en principio, era un reality más para rellenar la parrilla y que pasaría a mejor vida en poco tiempo. Eso sí, no puedo escribir todo esto sin decir que los compañeros de doblaje, el ajustador y la directora también hacen un trabajo de diez. Sin ellos, mis textos tampoco serían lo mismo.

Comparto con vosotros otro ejemplo:

Khloe I’m having a really hard time communicating today. How do you say ‘maneurisms’?

Kim ‘Maneurisms’?

Kourtney Mannerisms.

Khloe How do you say it?

Both ‘Maneurisms’?

Khloe I said ‘maneurisms’.

Kourtney You know what word Mom says that drives me insane? ‘Poy‐trit’.

Kim Yeah, she does.

Kourtney But is that true, is that how you say it?

Khloe What?

Kim Portrait.

Kourtney I say ‘portrait’.

Khloe Portrait. Say it again?

Kourtney Mom says ‘poy‐trit’.

Khloe That’s not normal.

Kourtney Yeah.

Y así quedó la versión en español:

Khloe Me cuesta mucho pronunciar algunas palabras. ¿Cómo se dice mainerismo?

Kim ¿Manierismo?

Kourtney Mainerismo.

Khloe (G) ¿Cómo se dice?

Kim ¡Manierismo!

Kourtney ¡Manierismo!

Khloe Yo digo mainerismo.

Kourtney ¿Sabéis una cagada de mamá que me vuelve loca? Almóndiga.

Kim Es verdad que lo dice.

Kourtney No se dirá así de verdad, ¿no? Khloe ¿Qué?

Kim Ni de coña.

Kourtney Yo digo albóndiga.

Khloe Albóndiga. Se dice así.

Kourtney Pues mamá dice almóndiga.

Khloe Se le va la pinza.

Kourtney Ya.

En este caso, coincidía que la palabra manierismo puede llevar a confusión en su pronunciación en español, pero no pasa lo mismo con retrato. O, al menos, es mucho más graciosa la pronunciación incorrecta de albóndiga, que sí está más que extendida.

En fin, esperemos que esta familia nos siga dando momentos gloriosos como estos, porque poder sacar toda tu creatividad mientras traduces es un placer comparable con muy pocas cosas. Después de 14 temporadas y más de 150 episodios a lo largo de tres años y medio, lo único que me falta ya por hacer es abrir uno de esos buzones en los que la gente deja sugerencias para que me digáis qué os gustaría que saliese de la boca de este clan maravilloso.

¡Larga vida a las K!

Alba Mas
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Es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Murcia y tiene un máster en Traducción Audiovisual por la Universidad de Cádiz. Está especializada en traducción de guiones para doblaje y voces superpuestas. Traduce series, películas, programas y documentales para prácticamente todas las plataformas actuales (Netflix, HBO, Amazon, Movistar+, etc.), además de para televisión tradicional y cine. Estas son algunas de las series más destacadas que ha traducido últimamente: Las Kardashian, Una serie de catastróficas desdichas, Shadowhunters, Lovesick, The OA, White Gold, Secret City, Time Travelling Bong y Bitten. También se encarga de la traducción de varias producciones de animación, tanto para adultos como infantiles. Algunas de ellas son: Mysticons, Hoja al viento, Si a un ratón le das galletas o Legends of Chamberlain Heights.

En la actualidad, y desde hace casi cinco años, se dedica en exclusiva a la traducción audiovisual.

Alba Mas
Alba Mas
Es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Murcia y tiene un máster en Traducción Audiovisual por la Universidad de Cádiz. Está especializada en traducción de guiones para doblaje y voces superpuestas. Traduce series, películas, programas y documentales para prácticamente todas las plataformas actuales (Netflix, HBO, Amazon, Movistar+, etc.), además de para televisión tradicional y cine. Estas son algunas de las series más destacadas que ha traducido últimamente: Las Kardashian, Una serie de catastróficas desdichas, Shadowhunters, Lovesick, The OA, White Gold, Secret City, Time Travelling Bong y Bitten. También se encarga de la traducción de varias producciones de animación, tanto para adultos como infantiles. Algunas de ellas son: Mysticons, Hoja al viento, Si a un ratón le das galletas o Legends of Chamberlain Heights. En la actualidad, y desde hace casi cinco años, se dedica en exclusiva a la traducción audiovisual.
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