29 marzo 2024
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Reseña de la ‘Guía de estilo para el uso de palabras de origen chino’

Las referencias a China como país, sociedad o cultura son cada vez más habituales en los textos que traducimos al español, independientemente de la combinación lingüística en la que trabajemos. Sin embargo, ¿conocemos las convenciones que deberíamos adoptar para este tipo de referentes al redactar en español? La Guía de estilo para el uso de palabras de origen chino justamente pretende resolver todas las dudas que puedan surgir sobre esta cuestión con orientaciones claras y razonadas.

Guía de estilo para las palabras de origen chino
Imagen 1. Helena Casas-Tost y Sara Rovira-Esteva (eds.). Guía de estilo para el uso de palabras de origen chino, Madrid: Adeli, 2015.

En junio de 2015 vio la luz la Guía de estilo para el uso de palabras de origen chino, fruto del esfuerzo colectivo de las sinólogas integrantes del grupo TXICC coordinadas por las doctoras Sara Rovira-Esteva y Helena Casas-Tost. La Guía pretende consolidarse como manual de estilo de referencia para el tratamiento de todo tipo de vocablos y términos de origen chino, por lo que sus capítulos cubren un gran abanico de temas.

Desde hace unos años, los intercambios con China son cada vez más frecuentes y tienen lugar en ámbitos tan variados como pueden ser la política, la economía, la sociedad, el arte, la cultura, los deportes o la gastronomía, entre otros. Por así decirlo, probablemente no hay día en el que no nos topemos con al menos una palabra de origen chino, y frases como las siguientes ya no nos suenan a chino:

Restaurante chino
Imagen 2. El chino es cada vez más habitual en nuestras vidas.

«¡Hoy podríamos cenar wok!»

«¡Me he apuntado a taichí!»

«La visita de Xi Jinping abre una nueva fase en las relaciones entre México y China» (El País, 4 de junio de 2013)

«Zhang Yimou ultima su nueva película con Gong Li» (Magazine decine21.com, 23 de julio de 2014)

«En China, y buena parte de Asia, esta noche acaba el Año del Caballo y comienza el Año de la Cabra (…)» (ABC, 19 de febrero de 2015)

Sin embargo, a menudo estos referentes que nos llegan de China se incorporan a los textos producidos en español siguiendo criterios muy dispares y poco consistentes —y, en ocasiones, prácticamente inexistentes—. Esta falta de criterios hace que a veces nos encontremos con diferentes formas para un mismo referente —incluso en un mismo texto, como observamos en la imagen 3—, que detectemos imprecisiones en las transcripciones del chino o en su pronunciación en los medios orales, o incluso que hallemos errores en la representación de tradiciones o realidades chinas. En la imagen 4, como diríamos coloquialmente, parece que nos quieren dar gato por liebre, pues en lugar de la liebre, aparece justamente el gato, un animal que no forma parte del horóscopo chino.

Uso incoherente
Imagen 3. Ejemplo del uso de distintas formas para un mismo referente en un mismo texto.
Horóscopo chino
Imagen 4. Errores en la representación de referentes a la cultura y tradiciones chinas (el gato sustituye a la liebre).

La idea de la Guía surgió justamente al tomar conciencia de la falta de criterios rigurosos para el uso de palabras de origen chino en textos producidos en español, ya fueran traducciones, artículos periodísticos, noticias en los telediarios, cartas de restaurantes, etc. Así fue como en otoño de 2012 empezamos a reunirnos y a debatir cómo tenía que ser la Guía. Para ello, tomamos como punto de partida el trabajo de documentación que realizó Irene Tor Carroggio, becaria del grupo TXICC en aquel momento. Por un lado, una lista de ejemplos —sobre todo, topónimos y antropónimos— extraídos de medios de comunicación en español y, por el otro, las indicaciones concernientes a China de las guías de estilo de los principales periódicos españoles. Estos datos nos permitieron confirmar nuestra hipótesis de partida (la falta de criterios coherentes y homogéneos para el tratamiento de palabras de origen chino) y elaborar una primera lista de los temas que creíamos conveniente tratar, temas que posteriormente se convertirían en capítulos. Acordamos que cada miembro del TXICC se encargaría de un capítulo que luego pondríamos en común en las reuniones de grupo y consensuaríamos para dar coherencia interna a la Guía.

También teníamos claro que queríamos que la Guía fuera útil para usuarios de perfiles muy diversos: periodistas, redactores, traductores, intérpretes, mediadores interculturales, correctores, bibliotecarios, gestores culturales, sinólogos, estudiantes de chino, etc. Por este motivo, velamos por que fuera fácil de usar para consultas puntuales (para esto son muy útiles las recomendaciones al final de cada capítulo y las tablas resumen de algunos capítulos), pero al mismo tiempo la dotamos de contenido para que el usuario avanzado y con ganas de adentrarse un poco más en la materia pudiera encontrar una contextualización elaborada desde el rigor académico de cada tema en cuestión.

La Guía consta de doce capítulos y cinco apéndices. Los primeros cinco capítulos son de carácter general, mientras que los siguientes versan sobre temas concretos. De este modo, en los dos primeros capítulos, Sara Rovira-Esteva presenta una introducción a la «Lengua y escritura» chinas (capítulo 1) y a «La transcripción del chino» (capítulo 2). Estos capítulos pretenden resolver todas aquellas preguntas que suelen aparecer cuando se habla de la lengua china en términos generales: ¿mandarín y chino son lo mismo? ¿Por qué se suele decir que los «dialectos» chinos son incomprensibles entre sí? ¿Qué es el pinyin? ¿Por qué a veces nos encontramos con una misma palabra escrita con transcripciones diferentes (como en la imagen 5)?

Gong Bao o Kung Pao
Imagen 5. ¿Gong Bao o Kung Pao? (véase capítulo 2 de la Guía).

Con esta base sobre transcripción del chino que nos ofrece el capítulo 2, llegamos al capítulo 3, escrito también por Sara Rovira-Esteva, en el que se adopta una perspectiva un poco más especializada para presentar una adaptación de las Reglas básicas de la ortografía del pinyin. Se trata de un capítulo esencial si se quiere transcribir correctamente utilizando el pinyin, con normas que van de lo más general a lo más concreto. Así, la primera regla nos indica cuándo dos caracteres se transcriben juntos, como sería el caso del propio vocablo «pinyin» (imagen 6).

Pinyin
Imagen 6. Según las reglas del pinyin, «pinyin» debe escribirse junto y en minúscula (véase capítulo 3).

El capítulo 4, «La pronunciación del chino estándar», pretende dar orientaciones para la correcta pronunciación de ese idioma. En la primera parte, se han buscado sonidos del español o de lenguas cercanas —como el inglés o el italiano— que fueran similares a los sonidos del chino, con el fin de orientar al lector no especializado en la pronunciación de las letras del pinyin. De este modo, veremos que la dinastía Qing no debería pronunciarse como *king, ya que la q del pinyin se asemeja más bien a la ch del español. La segunda parte se ha escrito pensando en usuarios con conocimientos de fonética, de modo que se representan los sonidos con el Alfabeto Fonético Internacional (AFI). Conscientes de que escuchar un sonido vale más que mil palabras, el apéndice 1, que recoge una tabla con todas las sílabas del pinyin, se complementa con un recurso en línea (adeliediciones.com/recursos) en el que se pueden escuchar dichas sílabas. Por otra parte, el apéndice 2 recoge las transcripciones en AFI de todas las sílabas del pinyin.

Hatillos al vapor
Xiaolongbao
Imágenes 7.1 y 7.2. ¿«Xiaolongbao» o «hatillos al vapor»? (véase glosario en el apéndice 5).

El capítulo 5, «La incorporación de referentes chinos al español», escrito por Mireia Vargas-Urpi y Sara Rovira-Esteva, repasa los distintos métodos para incorporar vocablos de origen chino al español: la transcripción, la adaptación y la traducción. Se comentan algunos ejemplos curiosos, como el del kétchup o el del charol, dos palabras de origen chino, y se ofrecen algunas orientaciones para la incorporación de términos nuevos. Este capítulo ha sido esencial para determinar algunos de los términos propuestos en el glosario del anexo 5. En este sentido, en la gastronomía encontramos ejemplos muy interesantes: ¿el lector español sabrá qué es un xiaolongbao (imágenes 7.1 y 7.2)? En este caso, quizás puede ser más transparente una traducción que permita intuir qué tipo de comida es, por lo que en el glosario se propone la denominación de «hatillos al vapor».

Jiaozi
Imagen 8. Empanadillas al vapor o jiaozi en una vaporera de bambú o zhenglong (véase glosario en el apéndice 5).

Algo parecido pasa con los famosos jiaozi, a menudo traducidos como dumplings (su denominación en inglés), pero con ya una forma que va consolidándose en español: «empanadillas al vapor» (imagen 8).

El capítulo 6 es el primero de los capítulos temáticos y, en este caso, trata sobre los antropónimos. Aquí, Helena Casas-Tost aclara cómo deberíamos utilizar nombres propios de origen chino en textos en español para evitar errores de tratamiento como el que se muestra en la imagen 9, en la que se hace referencia al presidente de China, Xi Jinping, utilizando su nombre de pila, Jinping, lo que sería como hablar del presidente del Estado español refiriéndonos a él como «Mariano».

Nombres chinos
Imagen 9. Ejemplo de error en el tratamiento del nombre del actual presidente chino (véase capítulo 6).

El capítulo 7, a cargo de Mireia Vargas-Urpi, es parecido, pero en este se aborda la cuestión de los topónimos y gentilicios. Ante la tan variada casuística existente en el caso de los nombres de lugares, uno de los principales objetivos de este capítulo era evitar las largas listas de excepciones a la norma que ya habíamos documentado en algunas guías de estilo consultadas. Así, en este capítulo, el lector descubrirá por qué recomendamos Nanjing en vez de *Nankín, pero también por qué aceptamos tanto Beijing como Pekín.

Pekín o Beijing
Imagen 10. ¿«Pekín» o «Beijing»? ¿«Cantón» o «Guangzhou»? (véase capítulo 7).
Parlamento de Taiwán
Imagen 11. ¿Es preciso usar el término «Parlamento de Taiwán»? (véase capítulo 8).

En el capítulo 8, Xianghong Qu Lu nos presenta la organización político-administrativa de cuatro territorios de habla china: la República Popular China, Taiwán, Hong Kong y Macao. En un momento en el que la política china tiene una influencia tan clara a nivel mundial, este capítulo pretende contribuir al uso de términos precisos y homogéneos, así como evitar la duplicidad de denominaciones para un mismo referente.

Más allá del plano político, la influencia de China es también cada vez mayor a nivel social. Cada año, entre enero y febrero, observamos cómo algunas ciudades españolas preparan desfiles para celebrar la fiesta más importante del calendario chino: la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo Chino (imagen 12). Este es solo uno de los ejemplos que motivaron la existencia de un capítulo sobre «Calendario y fiestas», escrito por Xianghong Qu Lu.

Año Nuevo Chino
Imagen 12. ¿Por qué «Fiesta del Año Nuevo Lunar» es una traducción desestimada? (véase capítulo 9).

¿Y cuántas veces no nos hemos topado con unidades como el li o el mu en obras chinas traducidas al español? ¿A qué hacen referencia? ¿Sabríais decir qué moneda se utiliza en Macao? En el capítulo 10, «Unidades de medida y monedas», Sílvia Fustegueres i Rosich responde a estas preguntas y muchas más, y lo hace de manera muy visual a partir de tablas de equivalencias de fácil consulta.

Mu
Imagen 13. ¿A cuánto equivale un mu? (véase capítulo 10).
Imagen: Chensiyuan (CC Wikimedia Commons)

Sílvia Fustegueres i Rosich también es la autora del capítulo 11, «Abreviaturas, siglas y acrónimos», en el que nos explica de dónde vienen siglas como PCCh, ROC, Beida o HSK y cómo utilizarlas en textos en español. Por ejemplo, ¿sabéis qué métodos se han seguido para crear las formas reducidas de universidades como BLCU y Renda?

Finalmente, en el capítulo 12, Sara Rovira-Esteva nos presenta las cuestiones ortotipográficas más destacables del chino. Estas indicaciones pueden ser especialmente relevantes si, en un texto en español, queremos combinar palabras o fragmentos en chino (en caracteres), indicando también su pinyin o su traducción. El capítulo también incluye recomendaciones sobre cómo citar a autores chinos y cómo incluirlos en la lista de referencias bibliográficas. Todo ello hace que sea un capítulo particularmente útil para la elaboración de trabajos académicos relacionados con China.

La Guía concluye con cinco apéndices, algunos de los cuales ya hemos mencionado:

  1. Las sílabas del chino estándar y su representación en pinyin
  2. Transcripción de las sílabas del chino con el Alfabeto Fonético Internacional (AFI)
  3. Tabla de correspondencias entre distintos sistemas de transcripción (concretamente, Wade-Giles, Yale y pinyin)
  4. Breve cronología histórica de China continental
  5. Glosario

El glosario merece especial mención, puesto que cubre palabras relacionadas con todos los capítulos del libro ordenadas por pinyin e incorpora apuntes sobre las denominaciones desestimadas en los casos necesarios. Así, por ejemplo, el glosario incluye topónimos como los nombres de provincias, sus capitales o los principales accidentes geográficos de China (montañas, ríos, mares y lagos); los nombres de las 56 etnias; antropónimos de personajes destacados; y nombres de fiestas y de referentes de ámbitos muy diversos: gastronomía, juegos y deportes, pensamiento o política, por citar solo algunos ejemplos. No pretende ser exhaustivo, pero sí recoger buena parte de las palabras de origen chino que más a menudo pueden aparecer en textos en español.

Por todo ello, la Guía de estilo para el uso de palabras de origen chino tiene todos los números para convertirse en una guía de consulta obligada para todo aquel que tenga que escribir sobre China en español, pero también para todo aquel que sienta curiosidad por la lengua y la cultura chinas.

Mireia Vargas-Urpi
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Es profesora visitante en el Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la Universidad Pompeu Fabra, donde imparte clases de Traducción General de inglés, de Traducción y Cultura y de Mediación Intercultural. Es doctora en Traducción y Estudios Interculturales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus intereses de investigación se centran en la interpretación en los servicios públicos y la mediación intercultural, especialmente con el colectivo chino. Es miembro de los grupos de investigación TXICC (Traducción del chino al catalán y castellano) y MIRAS (Mediación e interpretación: investigación en el ámbito social).

Mireia Vargas-Urpi
Mireia Vargas-Urpi
Es profesora visitante en el Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la Universidad Pompeu Fabra, donde imparte clases de Traducción General de inglés, de Traducción y Cultura y de Mediación Intercultural. Es doctora en Traducción y Estudios Interculturales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus intereses de investigación se centran en la interpretación en los servicios públicos y la mediación intercultural, especialmente con el colectivo chino. Es miembro de los grupos de investigación TXICC (Traducción del chino al catalán y castellano) y MIRAS (Mediación e interpretación: investigación en el ámbito social).

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