10 diciembre 2024
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La misteriosa desaparición de la tribu asetradera

Ante la alarmante desaparición de 150 de sus socios el fin de semana del 21 al 23 de abril de 2017, Asetrad contrató los servicios de las detectives Vázquez y Álvarez para resolver el misterio. ¿Habrán logrado resolver el caso? Lee su informe de investigación para averiguarlo.

El pasado 24 de abril se pone en contacto con nosotras Jordi Batlle, el recién estrenado vicepresidente de la junta directiva de Asetrad. Se le nota sumamente preocupado por la misteriosa desaparición de un porcentaje considerable de sus socios.

Estos son los datos de los que disponemos (en orden cronológico):

A partir del 20 de abril, los hosteleros cacereños alertan de un aumento preocupante del consumo de torta del Casar, productos ibéricos y otras exquisiteces regionales.

  • A partir del 1 de marzo, se detecta una repentina actividad en Twitter con la etiqueta #AsetradCáceres, que nunca antes se había usado y cuyo autor todavía se desconoce.
  • A principios de abril, se disparan las reservas de trenes con destino a Cáceres en la página web de Renfe. Otro dato curioso: la mayoría de los usuarios intentan utilizar (sin éxito) un mismo código secreto de autorización (301703062).
  • A partir del 20 de abril, los hosteleros cacereños alertan de un aumento preocupante del consumo de torta del Casar, productos ibéricos y otras exquisiteces regionales.
  • Entre el 20 y el 23 de abril de 2017, alrededor de 150 miembros de la asociación y algunos de sus acompañantes activan simultáneamente una respuesta automática de «fuera de la oficina» en sus cuentas de correo profesionales.
  • Uno de nuestros informadores nos hacer llegar un cartel con el logotipo de Asetrad que estaría asociado a una supuesta asamblea general en Cáceres durante esas mismas fechas.

En vista de estos indicios, decidimos viajar a la capital cacereña para continuar con nuestras indagaciones in situ.

Sospecha que contaron con la ayuda de tres cómplices que residen en la provincia. Nos referiremos a ellos como «el comando cacereño»

Nada más llegar a la ciudad, ponemos rumbo a la oficina de turismo, donde Milagros (guía turística) nos comenta que recibió un importante pedido de planos y folletos turísticos del municipio… 150 de cada, para ser más exactos (¡ajá, las cifras coinciden!). Añade que ella misma depositó el material en un conocido hotel de la ciudad: el Gran Hotel Don Manuel Atiram. Nos dirigimos a este establecimiento y Ana, la responsable comercial, comparte sus sospechas de que podría tratarse de una especie de rito anual que congrega a una tribu de profesionales de la lengua. Nos comenta que dos personas, que se presentaron como vocales de actos de una supuesta asociación llamada Asetrad, se habían puesto en contacto con ella en el mes de septiembre del 2016 para pedir información y presupuesto. Concretamente, querían conocer la disponibilidad del hotel para alojar a unas 20 personas, el aforo de las salas de conferencias y la capacidad para celebrar una posible cena de gala con unos 150 comensales (¡las cifras vuelven a coincidir!). Desconoce la verdadera identidad de las vocales que, por lo visto, no conocían la región. No obstante, sospecha que contaron con la ayuda de tres cómplices que residen en la provincia. Nos referiremos a ellos como «el comando cacereño».

Nuestra investigación va tomando forma y proseguimos con la búsqueda de pistas por diferentes restaurantes, bodegas y salas de reuniones de la zona. Y así conseguimos descubrir la identidad del «comando cacereño», que parece estar formado por Alfredo, Lucía y Sandra, tres traductores miembros de Asetrad que residen en la ciudad y que hasta esos días de abril habrían formado parte de un grupo considerable de socios en la sombra. En el buscador de la asociación encontramos sus datos y, acto seguido, nos ponemos en contacto con ellos para proponerles una cita en la Plaza Mayor, que aceptan de muy buen grado. Al parecer, el cacereño tiene una predisposición natural a socializar y ayudar al prójimo. Durante la entrevista nos confiesan que, efectivamente, formaron parte del comando y que empezaron a colaborar con la susodicha vocalía en agosto del 2016. Su misión secreta consistía en proponer ideas y lugares para realizar diferentes actividades formativas y lúdicas durante el encuentro anual de la asociación, que se celebraría con motivo de su xiv asamblea general. Incluso nos revelan que pusieron su granito de arena en la elección de las fechas, ya que no resultaba fácil lidiar con las numerosas festividades locales y nacionales (la Semana Santa, el puente del 1 de mayo, el festival WOMAD y los diferentes rodajes cinematográficos que se llevan a cabo en la zona), y que la única opción viable era el fin de semana del 21 al 23 de abril de 2017 (¡bingo, las fechas también coinciden!). Creemos que la coincidencia con las concurridas fiestas patronales de San Jorge —una ocasión perfecta para que los participantes pasasen desapercibidos— también podría haber inclinado la balanza hacia esa fecha. En ese preciso momento, los miembros del comando se acercan a nosotras, nos miran fijamente y nos susurran: «Tenemos pruebas». Lucía extrae de una bolsa de color blanco roto con un logotipo verdoso, similar al de Asetrad, un identificador con su nombre y unas curiosas pegatinas de diferentes formas y colores (más tarde nos explica que formaban parte de un código interno para indicar con qué comisiones de Asetrad colabora cada socio), así como una libreta, también en tonos verdes, que lleva el mismo logotipo y una hoja a la que se referían como «el programa» y en la que se podía leer el título «Encuentro anual 2017». Ya tenemos la prueba de que se trataba, sin lugar a dudas, de un acto premeditado.

Ya tenemos la prueba de que se trataba, sin lugar a dudas, de un acto premeditado.

Ahora solo nos queda saber a qué se dedicaron estos 150 socios durante su estancia en Cáceres: qué era tan importante para que decidiesen separarse de sus familias durante tres días completos, o en algunos casos arrastrarlos con ellos hasta esta ciudad de cine.

Una vez más, la colaboración del comando cacereño, que nos había dejado echar un vistazo al supuesto programa y a la agenda de sus teléfonos, vuelve a ser imprescindible. Descubrimos que el jueves 20 de abril, al caer la tarde, tuvieron un primer encuentro con la junta directiva de la asociación, a la que —según constatan varias fotos que corren por las redes sociales— también se apuntó algún que otro socio. Parece que el objetivo de esta cita era ponerse cara después de tantas reuniones virtuales, pero un hostelero nos confirma que también «pusieron cara» a los quesos, los embutidos y el vino de la zona. No sabemos hasta qué hora se alargó la noche, pero tenemos la mosca detrás de la oreja porque vemos que no hay nada programado para el día siguiente por la mañana. ¿Habrán dejado libre la mañana del viernes para recuperarse de la resaca? Volvemos al hotel para seguir tirando del hilo. Ana nos confirma que a las ocho había al menos 13 personas de la asociación dando buena cuenta del bufé del desayuno. ¿Tan temprano, después de trasnochar? ¡Qué extraño! Ojipláticas, seguimos escuchando a Ana, que nos cuenta que, al parecer, tenían reservada una sala desde las nueve para celebrar la reunión de la junta saliente y, después, preparar el material que entregarían a los socios. Bien, todo vuelve a encajar: eso tiene que ser lo que nos enseñó Lucía cuando nos reunimos con el comando en la Plaza Mayor. Estamos tras la buena pista. Luego hay un vacío que no conseguimos cubrir pero sabemos que, de alguna manera, la plaza del Obispo Galarza se llenó a la hora de la siesta de personas con acento andaluz, gallego, canario, maño… que se subieron a un autobús, en el que se podía leer el nombre de esta supuesta asociación (Asetrad). Comprobamos el programa y vemos que se dirigían hacia la dehesa cacereña. Vaya, ¿tendrían pensado hacer una ruta de senderismo? Decidimos rastrear las cuentas de Facebook de algunos de los socios que pudimos identificar con la ayuda del comando cacereño y descubrimos que nada más lejos: ¡habían ido a aprender sobre enología y el ecosistema de la dehesa! Ah, y parece que tampoco dejaron pasar la oportunidad de probar los vinos y productos de la tierra, incluso un helado con toda la pinta de ser ecológico, según se puede apreciar en alguna foto. Está claro que esta tribu no pasa hambre ni sed.

Un chivatazo nos revela que esta jornada la habían organizado los tres vocales de formación, así que consultamos la web de la asociación para identificarlos. Cuál es nuestra sorpresa al ver que nuestro cliente, Jordi, es uno de ellos. ¿Por qué habrá solicitado nuestros servicios si seguramente tenía información de primera mano? Por si acaso, decidimos contactar en secreto con Esther y Mercedes, las otras dos vocales. No conseguimos sonsacarles mucho más, solo que la jornada estuvo marcada por reencuentros, charlas animadas, miradas atentas a los ponentes y salivación, y que algunos la prolongaron bastante al llegar a Cáceres. Mmm, alguna pócima tienen que tomar, porque, según el programa, la primera actividad del sábado empieza a las 9.30. A ver qué averiguamos.

Los empleados del hotel nos confirman que el sábado por la mañana recibieron un goteo incesante de desconocidos con litros de café corriendo por sus venas.

Los empleados del hotel nos confirman que el sábado por la mañana recibieron un goteo incesante de desconocidos con litros de café corriendo por sus venas. Se reunieron en una de las salas y, a media mañana, salieron en manada para hacer un extraño ejercicio mirando al sol. ¡Ajá! Las piezas siguen encajando, eso tiene que ser el taller de educación visual que vimos en el programa. Seguimos boquiabiertas ante la curiosidad insaciable que parece tener este grupo. ¡Todo les interesa! Según nos confirman nuestras fuentes, el resto de la mañana hubo un murmullo incesante, con risas y conversaciones que se solapaban. En esta ocasión recurrimos a Iciar, una de las supuestas cómplices de las vocales de actos clandestinas, que también colaboraba en una célula denominada «vocalía de comunicación», según hemos podido saber. Ella nos confirma que, efectivamente, la segunda mitad de la mañana fue de lo más dinámica. Primero, los socios se inyectaron más café en vena, acompañado de pastitas y mucho palique, y luego hubo un debate moderado por ella misma sobre conciliación entre vida profesional y personal. No hay fotos ni ningún otro tipo de pruebas de esta sesión. No obstante, según Iciar y por lo que podemos inferir de los mensajes de Twitter que circularon en esas horas, fue una sesión muy participativa, con opiniones y experiencias de lo más diversas, y siempre con alguna mano levantada para aportar otra perspectiva o sumarse a la de un compañero. Lo dicho: esta gente es incansable.

Nuestra próxima pista nos lleva a un restaurante situado cerca de la muralla. Los lugareños nos confirman que, alrededor de las dos, vieron a cuadrillas atravesando la Plaza Mayor en dirección a las callejuelas del casco antiguo y que, en la empinada calle Fuente Nueva, se formó una larga cola de gente que mostraba su identificador para acceder a un local llamado Mastropiero. Corregimos: esta gente es incansable e insaciable. Los dueños del local nos confirman que durante dos horas no dejaron de servir bebidas y de pasar bandejas repletas de pinchos. Sospechamos que los casi cien comensales también consiguieron elevar bastante los decibelios del local.

¿Será entonces cuando celebraron su ritual secreto? ¿Habrán hecho algún sacrificio animal… o humano?

No sabemos cómo llegaron ni en qué condiciones, pero a las 16.00 casi todos ellos estaban otra vez reunidos en la misma sala del hotel. Y aquí sí que nos encontramos con un gran escollo. Nadie suelta prenda. En la copia del programa que tenemos se indica que a esa hora tenía lugar la asamblea general de la asociación. Menudo misterio… ¿Será entonces cuando celebraron su ritual secreto? ¿Habrán hecho algún sacrificio animal… o humano? Ante tal incógnita, decidimos hablar con la cúpula de la junta directiva (María, la presidenta; Llorenç, el vicepresidente; Paula, la secretaria, y Ana, la tesorera) para que nos ayuden a desvelar el misterio. Según nos dicen, se trata de una asamblea a la que solo pueden acceder los socios y en la que se debaten temas concernientes a la asociación. Luego, toda esa información se recoge en un acta que se pone a disposición de los socios. Tendremos que esperar para saber qué se tramó en esas cuatro horas.

A partir de ahí todo fue muy rápido. Los empleados del hotel nos dicen que vieron a grupos de gente corriendo o caminando en ropa de deporte y con un dorsal en el pecho, e incluso a alguno que iba armado con lápices de colores y papel. Recurrimos a las redes sociales una vez más para descubrir que dentro de esta tribu hay varias subtribus, que se hacen llamar TraduRunners, TraduWalkers y TraduPainters. Vaya. Y descubrimos también que, unas dos horas después, todos se habían puesto sus mejores galas para fotografiarse delante de un photocall y… ¡estaban comiendo otra vez! Una fuente del hotel nos desvela que, para el sábado por la noche, las famosas vocales de actos habían contratado una cena de gala. Las fotos que vemos en las redes sociales no dejan lugar a dudas: la velada se alargó bastante y no faltaron la buena comida ni el buen ambiente. Está claro que esta gente sabe pasarlo bien.

El domingo por la tarde hubo un repunte de pasajeros en los trenes procedentes de Cáceres.

Íbamos a dar carpetazo a la investigación, pues no creíamos que pudiese haber nada más. Sin embargo, una llamada de Milagros nos hace frenar en seco. Se había olvidado de decirnos que, el domingo por la mañana, ella y otra guía turística habían llevado a dos grupos por las zonas más emblemáticas de Cáceres. Nos comenta que el grupo destacaba especialmente por su curiosidad y que las acosó a preguntas de todo tipo: historia, terminología, arquitectura, anécdotas… Luego el grupo se disgregó y, según Milagros, algunos pequeños círculos tramaban un picoteo antes de volver a sus casas. Poco más conseguimos averiguar. No obstante, no queríamos dejarnos ningún cabo suelto, así que nos pusimos en contacto con Renfe y con la Dirección General de Tráfico. ¡Bingo por segunda vez! El domingo por la tarde hubo un repunte de pasajeros en los trenes procedentes de Cáceres y se observó un número inusitado de vehículos saliendo de la ciudad en dirección norte, sur y este.

Claramente, los miembros de esta extraña tribu volvían a sus casas, así que ahora ya tenemos todos los elementos para cerrar la investigación, redactar el informe y presentárselo personalmente al cliente en su sede, situada en la madrileña calle de Leganitos.

Solo queda pendiente un punto: saber quiénes eran estas dos agentes junteras asetraderas… y reincidentes (hemos podido saber que este no era su primer intento, ya habían organizado un evento similar un año antes en Córdoba e incluso habían exportado el concepto para organizar el encuentro de la Red Vértice en Soria en otoño del 2016). Las dos enmascaradas llevaban casi dos años tramando diferentes eventos de manera anónima y voluntaria, con el aval de los otros once miembros de la junta directiva y ocultándose tras el pseudónimo «vocalía de actos y comunicación». No fue fácil dar con ellas, ya que habían decidido dejar de actuar bajo la identidad de agentes de la junta directiva tras esta fechoría cacereña. Gracias a varios informadores, seguimos su rastro hasta Vigo y París, donde pudimos comprobar que, pese a las ojeras y un misterioso síndrome exjuntero que les producía unas ganas irreprimibles de consultar el correo de sus antiguas vocalías, no se arrepentían en absoluto de sus actos (bueno, solo lamentaban haber tenido que declarar desierto el concurso de relatos y cancelar las actividades TraduPeques y TraduZen por falta de participantes. Menos mal que los TraduRunners, TraduWalkers y TraduPainters habían logrado reunirse para sus actividades secretas).

Por último, nos confesaron que habían aceptado cumplir una última misión juntera: ¡ser las detectives Vázquez y Álvarez! Ya sabemos por qué el actual vicepresidente se había puesto en contacto con ellas con artimañas: no quería que se desvinculasen por completo de la asociación. ¡Y lo ha conseguido!

Lara Vázquez
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Es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Vigo y realizó un posgrado de Traducción Audiovisual y Localización en la Universidad Pompeu Fabra. Traduce y edita textos de marketingsoftware y medicina. Disfruta sobre todo con la traducción creativa y viajando, por negocios o por placer. Fue vocal de actos y comunicación en la junta directiva 2015-2017 y ahora aprovecha ese tiempo para practicar deporte al aire libre y devorar libros.

Lidia Álvarez
Lidia Álvarez
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Es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Barcelona. Desde 2014 es traductora autónoma de francés e inglés especializada marketing, comunicación y turismo. Combina esta actividad con la docencia del español en la universidad y en empresas. También fue vocal de actos y comunicación en la junta directiva 2015-2017 y, por su parte, aprovecha ese tiempo para disfrutar de su pasión por la fotografía y de la trepidante vida parisina.

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