Han pasado seis meses y no solo no nos hemos librado del «bicho», sino que estamos en plena segunda ola, de nuevo plagada de incertidumbres.
Cuando publicamos el anterior número de La Linterna llevábamos más de un mes de confinamiento en España. Han pasado seis meses y no solo no nos hemos librado del «bicho», sino que estamos en plena segunda ola, de nuevo plagada de incertidumbres. La pandemia nos ha afectado a todos de una manera o de otra: a algunos más que a otros en lo laboral, pero a todos en lo personal. Profesionalmente, los que se han llevado la peor parte han sido los intérpretes, que vieron como iban cancelándose uno tras otro todos los encargos de una de las dos temporadas altas del año. No les quedó más remedio que ponerse las pilas con la interpretación remota o, si compaginaban ambas actividades, dedicar más tiempo a la traducción. Entre los traductores y los correctores, quienes trabajábamos fuera de casa nos vimos obligados a teletrabajar. Quienes ya trabajaban desde su casa no tuvieron que improvisar un despacho en la mesa del comedor, pero en muchos casos vieron perturbada la tranquilidad a la que estaban acostumbrados al tener que compartir el espacio con las personas con las que conviven. De estas y otras «experiencias pandémicas», no necesariamente negativas, nos hablan en este número Marcella Bracco, Darío Giménez, Ana López y María Isabel Bolívar. Además, en «El dedo en el ojo», Isabel Hoyos expone las dificultades para separar la vida profesional y la vida privada cuando se teletrabaja, en general, y durante un confinamiento, en particular.
A Asetrad también le ha tocado adaptarse a la nueva realidad.
A Asetrad también le ha tocado adaptarse a la nueva realidad: tras haber tenido que retrasar el Encuentro Anual y la Asamblea General por la imposibilidad de celebrarlos en el mes de mayo (como estaba previsto), al final no quedó más remedio que celebrar ambas actividades en formato virtual en octubre. Isabel Hoyos nos cuenta cómo fue el proceso de «virtualización» de la Asamblea General, y Laura Solana nos hace una crónica de un Encuentro Anual en el que la falta de abrazos y charlas de pasillo se suplió con un canal de Slack.
Pero no todo va a ser coronavirus. En este número también hablamos de erratas, interpretación simultánea remota, arquitectura, numismática, testamentos, Rodari, idiolectos o cicloturismo, entre otros temas. Y contamos con las estupendas fotografías de Julia Gara Lecuona.
Gracias por seguir ahí.
Elena Pérez Ramírez
Jefa de redacción