POV: vuelves de un congreso de traductores que se ha celebrado en Las Palmas de Gran Canaria. Durante cuatro días —o más, depende de tu presupuesto y de otros compromisos— has estado rodeada de colegas y, no obstante, amigas, en un sitio precioso, con actividades interesantes y lúdicas, buen clima, playita y la fantástica hospitalidad canaria. ¿Cómo te sientes al volver a casa?
¡Pues cómo te vas a sentir! Con una mezcla de subidón y bajón y con algo muy parecido a la resaca, aunque no hayas probado ni pizca de alcohol (un suponer), ni siquiera en las horas de relax.
Han pasado ya seis meses y seguimos de resaca, pero la llevamos dignamente.
Han pasado ya seis meses y seguimos de resaca, pero la llevamos dignamente. Confesamos que este número especial lo hemos preparado en ese estado tan agridulce, con la cabeza en ebullición por tanta ponencia bonita y aprovechable y con el corazoncito un poco encogido porque se acabó el reencuentro con tanta gente guapa.
La Linterna también estuvo presente en el congreso: en la segunda jornada, la periodista Ángela Núñez —moderadora de la mesa redonda «La divulgación como aliada»— nos invitó a subir al escenario para hablarle al público sobre la revista y su vocación de vehículo divulgativo, no solo hacia dentro de la propia asociación, sino también hacia afuera, para el lector ajeno a nuestro ámbito. Soy muy consciente de que el aplauso que resonó en el auditorio cuando la que suscribe levantó la revista como si fuera la copa de la UEFA (véase la foto ilustrativa) no era para mí, sino un homenaje a este equipo de personas inconscientes voluntarias que sigue al pie del cañón, número tras número. Muchas de esas personas estaban entre el público o en la organización del congreso. También estaban allí otras que, después de haber luchado contra el síndrome de la impostora, por fin se habían decidido a escribir algo para nosotros. De repente, me ha asaltado una idea loca: creo que, si algún día celebrásemos un congreso de colaboradores de la revista y autores que han publicado en ella, llenaríamos un auditorio el doble de grande que el del CICCA (ahí lo dejo, por si alguien se anima).
Si algún día celebrásemos un congreso de colaboradores de la revista y autores que han publicado en ella, llenaríamos un auditorio el doble de grande que el del CICCA.
Vuelvo al tema que nos ocupa, que es este número especial. Junto a algunas de las ponencias presentadas en el congreso (no todas, que hemos dejado alguna para el próximo número) y a las diversas reseñas sobre el tema, como es nuestra costumbre, hemos incluido otros artículos, para que haya un poco de todo. Las fantásticas fotos de David Hendricks nos dan también un point of view muy especial: el de alguien que, para poder expresar algo, primero necesita verlo.
Nuestra intención es que estas páginas que traemos con orgullo linternetero y asetradero sirvan a algunas personas para revivir la experiencia de Las Palmas y, a otras, para sentir una inmensa envidia por lo que se perdieron.
En nombre de todo el equipo, gracias por leernos y por esos aplausos que nos regalasteis en Las Palmas. ¡Feliz lectura!
Isabel Hoyos Seijo
Directora