26 septiembre 2025
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El mercado, ese agujero negro

¿Qué es un agujero negro? Según la NASA, son regiones del espacio que tienen una fuerza gravitatoria tan potente que nada puede escapar de ellas, ni siquiera la luz.1

El mercado es un agujero negro que avanza inexorable, distorsiona la realidad que conocemos y engulle sin piedad a los pececillos que están en los márgenes.

Hoy me gustaría hablar del mercado, y no me refiero al de la Boquería ni al Maravillas, sino a ese constructo económico que está en boca de todos y que parece la excusa para todas las maniobras y las grandes decisiones macroeconómicas que, en general, benefician principalmente a los peces gordos, mientras que los demás asistimos a la jugada sin posibilidad de participar. Es un agujero negro que avanza inexorable, distorsiona la realidad que conocemos y engulle sin piedad a los pececillos que están en los márgenes porque no tienen medios para alejarse de la zona de peligro, es decir, la inmensa mayoría de la población mundial.

El mercado se rige por una serie de principios inmutables: reducción de costes, aumento de la oferta, saturación del mercado, creación de necesidades artificiales, precios inflados, aumento de los márgenes de beneficios. Son, por ejemplo, la excusa para que las licitaciones se conviertan en subastas al mejor postor, es decir, al más económico y no al que más méritos presenta, en todos los ámbitos, también en el nuestro, como se relata en el artículo de Emma Soler Camaño que publicamos en este mismo número. Evidentemente, es muy difícil competir en términos económicos con las grandes corporaciones que pueden permitirse ir a pérdidas en una licitación con tal de extender sus redes y ampliar su presencia en un determinado sector.

No importan los desechos que se generen ni quién caiga por el camino porque el objetivo es producir a un menor coste y vender cada vez más.

El camino más sencillo para que una empresa siga haciendo crecer su porción del pastel consiste en reducir la mano de obra, abaratar costes de producción y generar cada vez más consumo y más rápido. Para lograrlo, no se fija en el impacto que sus medidas tendrán sobre quienes están expuestos a la gravedad inexorable del agujero negro que todo lo engulle. No importan los desechos que se generen ni quién caiga por el camino porque el objetivo es producir a un menor coste y vender cada vez más. Es el caso de la moda rápida o de usar y tirar, prendas que no necesariamente tienen una calidad estupenda y que terminarán más temprano que tarde formando parte de los 92 millones de toneladas de basura anuales2 que la industria textil genera globalmente. En nuestro sector, las agencias y los clientes directos recurren cada vez más a traducciones e incluso redacciones automáticas, en el mejor de los casos, revisadas por humanos. Eso reduce los costes, a expensas de la calidad, pero no importa. Como vemos cada vez con mayor frecuencia en la industria editorial, lo importante es abaratar el contenido e inundar el mercado, ya que a veces suena la flauta y algo se vende bien, con un margen que no hace más que crecer. Todo está permitido: se recurre a atajos que perjudican a toda la cadena de producción y a todos los participantes del sector, desde los escritores y redactores hasta los traductores, pasando por los correctores e incluso los dibujantes, fotógrafos y diseñadores gráficos. Lo mismo sucede en el sector periodístico, donde ya encontramos noticias que parecen redactadas por una IA.

En cuanto al contenido de la Web, los nuevos AI Overviews (esos textos generados con IA que ahora escupen los buscadores como primer resultado) son un ataque directo a la propiedad intelectual —ya que se nutren del contenido que hay en línea, pero sin mencionarlo ni aumentar el número de visitas— y a la visibilidad y viabilidad de blogs, publicaciones y páginas web: si el resultado que genera la IA satisface la curiosidad, el lector no hace clic en los enlaces de los verdaderos resultados y se pierde toda la navegación interna que solía producirse una vez en el sitio (en nuestro caso, pasar de un artículo a otro). Nunca nos habíamos alegrado tanto de no depender de un patrocinador externo y de ser un medio especializado y con un público tan fiel3.

El mercado se limita a funcionar según esos principios de la oferta, la demanda y la obtención del máximo beneficio. Las personas no contamos.

De la misma forma que un agujero negro se limita a «ser» y atraer con su gravedad masiva todo lo que se acerca, el mercado se limita a funcionar según esos principios de la oferta, la demanda y la obtención del máximo beneficio. Las personas no contamos. No importa quién caiga por el camino, cuántos derechos se pisoteen —ahí tenemos lo difícil que es erradicar el trabajo infantil en la industria textil—, no importa cuánta gente malviva con sueldos o facturaciones ridículamente bajos para que los peces grandes estén cada vez más gordos ni tampoco el que la calidad se rebaje hasta niveles absurdos o que se generen residuos salvajes, da igual el sector (textil, periodístico, editorial, del juguete…).

¿Qué hacemos? ¿Tenemos que rendirnos y aceptar que esto es lo que hay, buscar otro trabajo o resignarnos a seguir el juego al mercado?

Cada cual tendrá su postura, según sus posibilidades y sus circunstancias. Habrá quienes hayan bajado ya las tarifas y habrá quienes busquen trabajar para agencias o editoriales que no utilicen IA. Habrá quienes den batalla formando una UTE de profesionales y presentándose a una licitación para los servicios de interpretación en un organismo oficial. Otras personas deciden que, si desaparecen succionadas por el agujero negro, no será con una sonrisa e intentan aportar su granito de arena para concienciar de la necesidad de estar unidos y presentar un frente común…

En esta revista hemos tomado la decisión de no utilizar imágenes generadas con IA, salvo en casos muy excepcionales.

Como dice la frase que se ha popularizado recientemente: «nadie se salva solo». Por eso, en esta revista hemos tomado la decisión de no utilizar imágenes generadas con IA, salvo en casos muy excepcionales. Es nuestra modestísima contribución a una causa que tal vez no parezca nuestra, sino de diseñadores gráficos, ilustradores y fotógrafos, pero no queremos fomentar una práctica que, a la postre, nos hace daño a todos.

Esperamos que os gusten los contenidos de este número, hecho por y para humanos.

¡Gracias por leernos!

Isabel Hoyos

Isabel Hoyos Seijo
Directora


1 Furfaro, E. «What is a Black Hole? We Asked a NASA Expert». NASA, 2025.

2 Niinimäki, K., Peters, G., Dahlbo, H. et al. «The environmental price of fast fashion». Nat Rev Earth Environ 1, 189–200 (2020).

3 Fernández Recuero, M. A. «Qué hacer cuando nadie nos busca». Jot Down, 28 de mayo de 2025.

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