28 marzo 2024
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Terminologizar en tiempos de crisis

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre sí quiero acordarme se congregó el club de los 200, club por «asociación cultural» y 200 por el número aproximado de asistentes… Engullidos por las salas vespertinas, todos acabaron encontrando su espacio. Al taller de terminografía del Congreso X Aniversario de Asetrad, celebrado en Toledo el 27 de septiembre de 2013, asistieron unas 40 personas, todas ellas traductoras y traductores profesionales.

Si partimos de la base de que el sector de la educación en España interesa más bien poco, especialmente en tiempos de crisis, no resulta extraño que el interés decrezca según vayamos pronunciando las siguientes palabras: idiomas, traducción, interpretación y terminología. Por la parte que nos toca, y sin dramatizar hasta el punto de sentirnos invisibles, conviene recordar las reflexiones de María Teresa Cabré1 respecto a nuestra realidad: «Las autoridades educativas, culturales y lingüísticas no consideran la terminología una prioridad. No ha prosperado un proyecto de estructuración de la terminología del español destinado a algo tan simple como crear un portal en el que traductores, redactores, profesores y otros colectivos que necesiten términos para el desarrollo de sus actividades, puedan encontrar los equivalentes de los términos acuñados en otras lenguas y confiar en que han sido objeto de estudio o de sanción por parte de los organismos responsables». Ni siquiera la Asociación Española de Terminología (AETER) ha conseguido que el banco de datos terminológico de la lengua española (TERMINESP) cobre fuerza… Sin apoyo institucional resulta prácticamente imposible dar salida a ese tipo de iniciativas.

A años luz del Estado francés con su Comisión general de terminología y neología, su banco de datos de términos oficiales (FRANCE TERME), sus comisiones ministeriales especializadas en terminología y neología y otras instituciones u organismos implicados como la Délégation générale à la langue française et aux langues de France (DGLFLF), la Academia Francesa, la Academia de Ciencias, el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) y la Asociación Francesa de Normalización (AFNOR), entre otros, en España nos vemos abocados a resolver puntualmente los problemas terminológicos que van surgiendo a lo largo y ancho del tortuoso camino del traductor científico o técnico. Gracias al trabajo de los terminólogos de los servicios lingüísticos de las instituciones europeas, organizaciones internacionales, entidades supranacionales y algunas instituciones u organismos nacionales disponemos de bancos de datos terminológicos, entre otros recursos. Gracias a los traductores profesionales, investigadores, terminólogos, lingüistas, docentes y algunas Reales Academias disponemos de diccionarios españoles especializados en ciertas áreas científicas y técnicas además de glosarios, léxicos, tesauros y plataformas útiles. Pero sigue siendo insuficiente, especialmente en el ámbito monolingüe (español).

Según Cabré, la mayoría de científicos y tecnólogos siguen afirmando que la ciencia se escribe en inglés y que el español queda reservado para la divulgación científica… Noticias como la reunión de las Reales Academias, celebrada en Santander el 30 de julio de 2013, en pro del uso del español en ciencia y tecnología, la elaboración de nuevos diccionarios técnicos, como el Diccionario español de ingeniería (DEI) de la Real Academia de Ingeniería, así como el flamante premio RAE 2013 al Diccionario de términos médicos (DTM), nos reconfortan y nos dan energía para seguir apoyando o impulsando la creación de recursos terminológicos.

Preparación del taller

Siguiendo las recomendaciones del formador se hicieron 5 equipos (5 x 8 = 40 participantes) y se llevó a cabo un trabajo de terminología en la nube. A grandes rasgos, estas fueron las pautas establecidas tres semanas antes del inicio del taller:

  1. Esbozar una terminoteca (biblioteca del traductor especializado en ciencia y tecnología) a partir de un modelo de traduteca (biblioteca del traductor generalista) proporcionado por el formador.
  2. Realizar una extracción terminológica automatizada de un texto especializado, previamente seleccionado por cada equipo, con el extractor TermoStat Web 3.0 de la Universidad de Montreal, y comparar los resultados con una extracción manual.
  3. Elaborar una ficha de vaciado trilingüe completa por área temática y equipo de trabajo.
  4. Responder a una serie de interrogantes sobre producción de plataformas, bancos de datos, gestores de terminología, diccionarios o glosarios terminológicos, plantearse las necesidades del traductor profesional en materia terminográfica y adaptarse a ellas.

Desarrollo del taller

El día 27 de septiembre a las 18.00 h se inició el taller con una introducción a la terminología (origen de las palabras, designación de los objetos, bases de las denominaciones y nomenclaturas; distintas corrientes teóricas de la terminología como disciplina científica o campo de conocimiento interdisciplinar) y un recorrido por las aplicaciones metodológicas y terminológicas (el Diccionario crítico de dudas de medicina de Fernando A. Navarro, el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina, el diccionario de clase de Fernando Contreras Blanco, los bancos de datos terminológicos y la plataforma Humanterm, entre otros).

Al finalizar la exposición, se abrió una ventana a la reflexión, un espacio para desgranar algunas de las tareas e intercambiar ideas o propuestas para seguir generando recursos para traductores.

De todo lo expuesto podemos extraer las siguientes conclusiones y enseñanzas:

  • Sin terminología no hay traducción, entendida la terminología como vertiente aplicada, práctica que conduce a diferentes productos terminográficos.
  • Existe concienciación terminológica entre los profesionales de las industrias de la lengua y de la comunicación plurilingüe pero no entre las autoridades educativas, culturales y lingüísticas.
  • La carencia de recursos especializados en español es una realidad.
  • El traductor, consciente o inconscientemente, hace terminografía, o lexicografía, pero no siempre gestiona la terminología que maneja (selección, extracción, recopilación, investigación, gestión y difusión).
  • El traductor usa las memorias de traducción pero no necesariamente el gestor de terminología asociado a dicha memoria.
  • Para los traductores independientes, el factor tiempo es el principal obstáculo a la hora de generar recursos terminológicos.
  • Una plataforma colaborativa en entorno Tiki Wiki, con activación de un foro por especialización, podría solventar algunas de las lagunas que presentan los foros de traducción en general en los que la valiosa validación terminológica (propuestas, sugerencias y recomendaciones) acaba difuminada entre los innumerables mensajes o archivos de estos foros.

Así sucedieron los hechos y así se los hemos contado. Vale.

1 María Teresa Cabré. «La terminologie dans le contexte du multilinguisme et à la défense de la diversité linguistique». Synergies Espagne, núm. 5 (2012), p. 5-8.

Fernando Contreras
Fernando Contreras Blanco
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Es doctor con premio extraordinario por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), titulado en Traducción y Terminología por el I.S.I.T. de París y licenciado en Filología Francesa por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Desarrolla su labor profesional en el sector de las industrias de la lengua y la comunicación plurilingüe como traductor-terminólogo independiente y formador en traducción profesional. Es profesor universitario de grado y posgrado desde mediados de los años noventa y en la actualidad imparte docencia en la Universidad Europea de Madrid y en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha realizado breves estancias docentes en la Universidad de Haute-Bretagne Rennes II (Francia) y la Universidad de Ginebra (Suiza). Sus líneas de investigación se centran en la terminografía, la fraseología y la traducción científico-técnica, ámbitos en los que ha publicado varios artículos e impartido varias ponencias. Ha dirigido los proyectos de investigación Humanterm (plataforma terminológica en el ámbito humanitario, áreas vinculadas y afines) y Sierterm (plataforma terminológica en los ámbitos de los sistemas inteligentes y energías renovables), plataformas que siguen vigentes y se hallan en plena evolución y expansión. En estos momentos, es miembro del grupo de investigación IN.MIGRA2-CM.

Fernando Contreras Blanco
Fernando Contreras Blanco
Es doctor con premio extraordinario por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), titulado en Traducción y Terminología por el I.S.I.T. de París y licenciado en Filología Francesa por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Desarrolla su labor profesional en el sector de las industrias de la lengua y la comunicación plurilingüe como traductor-terminólogo independiente y formador en traducción profesional. Es profesor universitario de grado y posgrado desde mediados de los años noventa y en la actualidad imparte docencia en la Universidad Europea de Madrid y en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha realizado breves estancias docentes en la Universidad de Haute-Bretagne Rennes II (Francia) y la Universidad de Ginebra (Suiza). Sus líneas de investigación se centran en la terminografía, la fraseología y la traducción científico-técnica, ámbitos en los que ha publicado varios artículos e impartido varias ponencias. Ha dirigido los proyectos de investigación Humanterm (plataforma terminológica en el ámbito humanitario, áreas vinculadas y afines) y Sierterm (plataforma terminológica en los ámbitos de los sistemas inteligentes y energías renovables), plataformas que siguen vigentes y se hallan en plena evolución y expansión. En estos momentos, es miembro del grupo de investigación IN.MIGRA2-CM.

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