29 marzo 2024
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Traducir las maniobras especiales

Texto de la ponencia presentada en el Congreso XV Aniversario de Asetrad.

La ingeniería es un sector tan amplio que sería imposible tratar todas las necesidades y especificidades de traducción que genera. Nos limitaremos aquí a hacer una presentación esquemática del sector de las maniobras especiales y a analizar cómo el traductor puede ser una de las piezas que harán que cada uno de estos proyectos tan técnicos y espectaculares se corone con éxito.

1. ¿Qué es una maniobra especial?

Este tipo de movimiento implica el desplazamiento de grandes piezas, tanto para infraestructuras civiles como industriales. Se puede tratar, por ejemplo, de cámaras de coque que se utilizan en el proceso de refinado de petróleo, plataformas offshore, tanques para la industria alimentaria, tableros de puentes o estructuras metálicas diversas, así como elementos de barcos o aviones, e incluso piezas tan emblemáticas como la Noria del Milenio de Londres. Se practicará una maniobra especial con cualquier elemento extremadamente voluminoso o pesado que deba desplazarse. Se dividen en dos categorías: los transportes y los izados especiales.

Se practicará una maniobra especial con cualquier elemento extremadamente voluminoso o pesado que deba desplazarse.

Un transporte especial desplazará por carretera o mar el elemento; para ello podrán utilizarse carretones autopropulsados o convencionales, barcos o barcazas.

Los izados especiales consisten en la elevación de las piezas del proyecto mediante grúas de gran capacidad u otros sistemas. Los factores fundamentales que tener en cuenta son el peso y el radio de trabajo.

Hay tres actores principales en una maniobra especial: la empresa que solicita desplazar la pieza de gran tamaño (puede ser la que la construye para llevarla a su destino o la usuaria final); la empresa que es propietaria del material especializado para el transporte o el izado y que además proporciona el saber hacer para el correcto desarrollo de la maniobra, y por último, los fabricantes de grúas, carretones autopropulsados y demás material necesario para el desplazamiento, izado y amarre de las piezas. Estos tres actores pueden ser, desde el punto de vista del traductor, los clientes potenciales.

Los proyectos que implican maniobras especiales son multiculturales (…). Dada esta multiculturalidad, el inglés es dominante tanto en la fase comercial del proyecto como en la de ejecución.

Los proyectos que implican maniobras especiales son multiculturales: no solo porque los tres actores principales ya mencionados suelen ser de diferentes proveniencias (puede ocurrir, por ejemplo, que una empresa española contrate a una empresa holandesa para la realización de una maniobra que tendrá lugar en Oriente Medio), sino que, además, tanto los ingenieros como el personal presente en la obra y los gruistas especializados tienen nacionalidades muy diversas. Dada esta multiculturalidad, el inglés es dominante tanto en la fase comercial del proyecto como en la de ejecución. La necesidad de comunicarse eficazmente, sin dejar margen para el error, añadida a este contexto multicultural han hecho obligatorio el aprendizaje de un «lenguaje oficial» de signos para maniobras de izado para cualquier persona que participe en una maniobra especial.

2. La traducción en el campo de las maniobras especiales

Llegados a este punto, como traductores nos preguntamos entonces qué podemos aportar. Como hemos subrayado, es un sector en el que el uso del inglés es corriente. Desde el comercial que debe alquilar los equipos específicos necesarios y contratar a la empresa que se encargará de los estudios de ingeniería para la planificación de la maniobra, hasta el operador de grúa, pasando por los administrativos que entran en juego en el proyecto suelen saber hacerse entender en inglés, aunque sea con un vocabulario reducido. Sin embargo, un análisis más profundo del sector nos revela que sí hay circunstancias en las que es necesario traducir los documentos, y para garantizar la calidad se requiere de nuestro trabajo. Para saber de qué documentos se trata y qué se espera de nosotros, vamos a tratar de detallar las necesidades y las expectativas de nuestros clientes potenciales. Definiremos primero los tipos de documentos que requieren traducción y por qué se suele acudir a un traductor para ello:

La reglamentación europea exige que los manuales de uso de las máquinas de elevación estén traducidos al idioma del país en el que se está practicando el izado.

  • Documentación del material: La reglamentación europea exige que los manuales de uso de las máquinas de elevación estén traducidos al idioma del país en el que se está practicando el izado.
  • Las empresas fabricantes de material de izado o transporte especial necesitan traducir las especificaciones técnicas de sus productos para venderlos o alquilarlos a clientes de una nacionalidad distinta a la suya.
  • Antes de ejecutar las maniobras hay un gran trabajo de preparación y de cálculos. También es importante tener en cuenta las medidas de seguridad y las actuaciones que deben seguirse en caso de problemas. En este marco, tanto los procedimientos como los planes de prevención deben estar traducidos al idioma de los trabajadores o del cliente final.
  • Aunque este apartado merecería un artículo por sí mismo, también a veces el cliente potencial de la empresa de transportes especiales requiere que la oferta esté redactada en su idioma, por lo que es necesaria su traducción.
  • Este sector da mucha importancia a la formación de sus trabajadores, así como a la difusión de códigos de buenas prácticas. Existen diversas asociaciones, tanto en Europa como en el mundo en general, que se esmeran en tener material de formación y de divulgación traducido al mayor número de idiomas posibles y con la máxima calidad.

Cualquier error en la traducción puede acarrear situaciones de alto riesgo que pueden ocasionar incluso la muerte.

Además de estos documentos concretos, el sector de las maniobras especiales tiene una necesidad vital que no se da en otros ámbitos. Una traducción de mala calidad es siempre sinónimo de pérdida de tiempo, de dinero y de credibilidad por parte de la empresa que la utiliza. Así, hay numerosos ejemplos bochornosos de productos lanzados al mercado con documentación o publicidad tan mal traducida que el plan de marketing acaba siendo contraproducente. Sin embargo, más allá de la mala publicidad y de la pérdida de dinero, estas malas gestiones no suelen tener consecuencias materiales graves. En el caso que nos ocupa, en cambio, cualquier error en la traducción puede acarrear situaciones de alto riesgo que pueden ocasionar incluso la muerte. Los numerosos vídeos que podemos encontrar en la red son escalofriantes, y es que lo más impactante es la frecuencia con la que se producen los accidentes y sus mortales consecuencias. Esta circunstancia particular y dramática nos da a los traductores un papel relevante en los proyectos de maniobras especiales, un papel que va más allá de los contextos habituales y para el que se requieren buenas prácticas y profesionalidad. Esta característica hace que nuestros clientes depositen en nuestro trabajo unas expectativas más altas y mejor definidas de lo que se podría pensar. Estas pueden resumirse en tres puntos:

  • que el traductor sea parte integrante del equipo (la prioridad del cliente es que el proyecto vaya sobre ruedas);
  • que el traductor le transmita confianza y muestre interés por el éxito del proyecto, y
  • que sea el traductor quien se haga responsable del alto nivel de su trabajo.

Estas cualidades son uno de los alicientes de la traducción en el sector de las maniobras especiales. Supone una enorme motivación ser partícipe de un proyecto en el que el papel de cada persona es fundamental para que el trabajo final se desarrolle de manera segura y con un nivel de calidad alto. Además, es muy placentero el hecho de sentirse parte de un equipo que avanza con una misma meta y que consigue ejecutar maniobras espectaculares.

3. Valor añadido: la relación con el cliente

En nuestra rutina a menudo se nos olvida que, si queremos conservar a nuestros clientes y vivir de nuestro trabajo, no debemos limitarnos a traducir bien.

Para concluir, quisiera vincular el contexto de trabajo y de traducción que se da en este sector tan especializado con el que no encontramos cuando traducimos para sectores más generales. Los profesionales de la traducción somos conscientes de que nuestra función es clave en cualquier proyecto. Sin embargo, en nuestra rutina a menudo se nos olvida que, si queremos conservar a nuestros clientes y vivir de nuestro trabajo, no debemos limitarnos a traducir bien. Sentirnos involucrados en el proyecto del cliente, demostrar nuestra valía y defenderla ante ellos es también parte de nuestra tarea y, desde luego, constituye nuestra mejor publicidad, tanto personalmente como dentro de un gremio. Si bien tenemos razón al quejarnos cuando se menosprecia el papel del traductor o cuando el criterio de elección de un profesional es únicamente el precio, es también fundamental que cada uno de nosotros tome conciencia de su función individual para conseguir que las mentalidades evolucionen y conservar unas condiciones de trabajo aceptables.

Debemos exigirnos ser los mejores embajadores de nuestro valor añadido. La clave para conseguirlo, además de traducir todo lo bien que sepamos, está en aprender a crear un clima de confianza con nuestros interlocutores, siendo sinceros con ellos y atreviéndonos a poner sobre la mesa nuestras dificultades o dudas lingüísticas. Es importante también que sepamos explicarles todo lo que les aporta nuestro trabajo, pues desconocen nuestra labor tanto como nosotros ignoramos la suya. La experiencia me ha mostrado que, tanto en el sector del que acabo de hablar como en muchos otros, este clima y esta relación fructífera con los clientes no se construye bajando las tarifas al mínimo ni aceptando encargos con plazos demasiado cortos como para poder garantizar un resultado de calidad. Al contrario, se construye poco a poco, tomando a nuestros interlocutores de la mano para mostrarles los beneficios de un trabajo bien hecho y de una relación basada en la confianza, más que en el precio final.

Hélène Barnoncel
Hélène Barnoncel
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Licenciada en Traducción por la Universidad de Estrasburgo, lleva casi veinte años ejerciendo esta profesión, tanto en empresas como por cuenta propia. Las vueltas de la vida le han dado la oportunidad de traducir novelas, ensayos, documentos técnicos, literatura juvenil y documentos orientados a turismo. Todos estos proyectos tienen un factor común: el gusto por transcribir tanto el fondo como la forma, sin obviar aspectos culturales ni olvidarse de las particularidades de cada lengua y de cada país.

Hélène Barnoncel
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Licenciada en Traducción por la Universidad de Estrasburgo, lleva casi veinte años ejerciendo esta profesión, tanto en empresas como por cuenta propia. Las vueltas de la vida le han dado la oportunidad de traducir novelas, ensayos, documentos técnicos, literatura juvenil y documentos orientados a turismo. Todos estos proyectos tienen un factor común: el gusto por transcribir tanto el fondo como la forma, sin obviar aspectos culturales ni olvidarse de las particularidades de cada lengua y de cada país.

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