La traducción de los textos médicos y farmacéuticos requiere mucha cautela, un gran conocimiento profesional y preparación. Es un campo extremadamente diverso, donde la traducción de los textos necesita no solo conocimientos médicos y farmacéuticos generales, sino también conocimientos especializados.
Existe una demanda constante de traducción médica, bien sea en forma de folletos, de informes o de prospectos. El conocimiento detallado del campo resulta indispensable y por esa razón se aconseja que el traductor/intérprete tenga alguna relación con la medicina, bien por trabajar o haber trabajado en alguna rama sanitaria, o bien por haberse especializado en traducciones médicas y dominar el lenguaje tanto coloquial como profesional de las expresiones médicas y su contexto.
En todas las profesiones se cometen a veces errores; somos personas, no somos perfectos, pero hay errores que se pagan caro y que hay que evitar a toda costa.
En todas las profesiones se cometen a veces errores; somos personas, no somos perfectos, pero hay errores que se pagan caro y que hay que evitar a toda costa. En este artículo, que se basa en la ponencia que presenté en el Congreso 20.º Aniversario de Asetrad, abordaremos algunos ejemplos de errores que quedan en anécdotas y otros que han tenido graves consecuencias, todo ello dirigido hacia el ámbito de la salud humana y animal.
Me gustaría empezar contando una anécdota que, aunque no ocurrió en el ámbito sanitario, es muy conocida en nuestra profesión.
¿Quién era Lejter Jakab?
En 1863, el periodista Adolf Ágai informó sobre el primer viaje de un dirigible a París, pero, como no podía viajar al lugar, esperó informes en alemán de la prensa vienesa y escribió su propio artículo basado en ellos. El texto alemán incluía la siguiente frase: «Empor, empor, wir wollen so hoch hinauffliegen wie Jakobs Leiter», que él interpretó de la siguiente manera: «Arriba, arriba, queremos llegar tan alto como Jakab Leiter». Sin embargo, en alemán, «Jakab Leiter» no es el nombre de una persona, sino una referencia a la escalera que el bíblico Jacob vio en su sueño. Pocas personas conocen hoy el nombre de Adolf Ágai, pero el resultado de su metedura de pata se sigue mencionando más de un siglo y medio después.
Un error de traducción o interpretación por parte de un profesional puede acarrear verdaderos problemas para médicos y pacientes.
En este caso es una anécdota incluso divertida, pero cuando hablamos de traducciones médicas, la cosa cambia, y probablemente un error de traducción o interpretación por parte de un profesional puede acarrear verdaderos problemas para médicos y pacientes. Veámoslo.
En 1980 Willie Ramírez acudió al Hospital de Florida, y el traductor que se encontraba en ese momento en el hospital interpretó mal la palabra «intoxicated», que la suegra del joven había mencionado mientras explicaba que la noche anterior había comido una hamburguesa y se había intoxicado. Esta palabra se tradujo en el sentido de «ebrio» o «drogado», no como «intoxicado por comida». Este error de interpretación llevó a un tratamiento incorrecto que lo dejó paralizado de las cuatro extremidades y, tras una demanda, el hospital terminó pagando una indemnización de 71 millones de dólares.
Los traductores médicos deben comprender completamente los problemas éticos y muchos conceptos de atención médica, además de tener habilidades de escritura, investigación, análisis y lectura de primer nivel. También es esencial que se mantengan al día de todas las novedades sobre términos médicos, medicamentos, síntomas y enfermedades. De esta forma, podemos evitar este tipo de fallos de interpretación que pueden conducir al profesional sanitario a cometer una negligencia grave.
¿Cuáles son los errores más frecuentes?
En un estudio realizado en 2010 por la American Academy of Pediatrics y dirigido por la doctora y jefa del servicio de pediatría del Hospital for Children de Wilmington sobre traducciones médicas en la combinación lingüística inglés-español, se observó que el 50 % de las recetas médicas traducidas presentaban errores de traducción peligrosos para los pacientes.
Uno de estos errores recurrentes era el de la palabra «once» (en inglés, «una vez»): en algún prospecto se recomendaba tomar la medicación 11 veces al día, en lugar de una vez.
Uno de estos errores recurrentes era el de la palabra «once» (en inglés, «una vez»): en algún prospecto se recomendaba tomar la medicación 11 veces al día, en lugar de una vez.
La traducción al inglés de «estar embarazada» como «to be embarrassed» (sentir vergüenza) también es un error frecuente de traducción entre los intérpretes hispanohablantes. Una interpretación errónea puede resultar peligrosa si induce al médico a pensar que la paciente está avergonzada por alguna clase de patología o trauma sufrido en lugar de estar embarazada. Esto puede llevar a hacer exámenes perjudiciales para el feto a corto o largo plazo.
Uno de los aspectos más complicados son las abreviaciones, ya que la mayoría de los textos médicos están repletos de ellas. Dentro de las abreviaciones podemos encontrar diferencias entre distintos idiomas, como podría ser el caso de las siglas CST en español, que quieren decir «cesárea segmentaria transversa»; estas mismas siglas tienen un significado muy diferente en inglés: «continue same treatment». No significan lo mismo en un idioma que en otro; sin embargo, son exactamente las mismas abreviaturas, por lo que, a la hora de traducir, tendremos que buscar el equivalente y no dar por sentado que la interpretación en cada caso es la misma.
Hay que asegurarse de que cada abreviatura se traduce e interpreta correctamente en función del contexto.
Por otro lado, encontraremos también diferencias, dependiendo del campo sanitario que estemos tratando. Por ejemplo, en medicina humana, los miembros superiores se representan con las siglas MM. SS.; en veterinaria, se habla de «extremidades anteriores» y su abreviación correspondiente es EE. AA., que hace referencia a la misma parte anatómica, pero en diferente especie.
Existe una gran variedad de abreviaturas que sí se escriben igual; por lo tanto, hay que asegurarse de que cada abreviatura se traduce e interpreta correctamente en función del contexto.
Veracidad, precisión y claridad
Veracidad, precisión y claridad son los tres pilares esenciales del lenguaje médico. A continuación, verán el porqué de su importancia.
En un estudio, se presentó a un grupo de médicos españoles e hispanohablantes el siguiente caso: «En un accidente de tráfico mueren cincuenta niños de 4 años cuando acudían en el autobús escolar a la guardería. ¿Influirá esta tragedia en la tasa de mortalidad infantil de esa ciudad?». Todos los médicos sin excepción contestaron afirmativamente a la pregunta. Se le explicó el mismo supuesto a un grupo de médicos de habla inglesa, pero la respuesta en relación con la expresión «infant mortality rate» fue muy diferente a la de sus colegas hispanohablantes: todos afirmaron que no afectaba a dicha tasa de mortalidad, puesto que los niños de 4 años ya no son «infants» (lactantes), sino «children» (niños). Como pueden ver, el uso de un término preciso en inglés, como es «infant», sirve a los científicos de habla inglesa para entender y manejar sin problemas este concepto epidemiológico, mientras que la traducción imprecisa de «infant» por «infantil» solo sirve para confundir a los científicos de habla hispana.
Dinero, sí… pero no antes que la ética
Para las agencias de traducción, cumplir con unos plazos de entrega de los textos es muy importante, ya que habla de la fiabilidad y responsabilidad de la empresa, que al final se traduce en compensación económica. Sin embargo, a la hora de realizar traducciones médicas, la fiabilidad y la responsabilidad cobran aún más importancia. Como es lógico, iniciar un tratamiento a tiempo o poder buscar la opinión de un experto extranjero cuanto antes pueden llegar a salvar vidas o, al menos, mejorar la calidad de vida del paciente. Por ello, la capacidad que tenga el intérprete de realizar las traducciones médicas en un plazo corto de tiempo siempre jugará a favor del paciente. Pero la realidad es más complicada. Como hemos visto, el tiempo que se tarda en entregar una traducción médica puede llegar a ser de suma importancia; ahora bien, la precisión y calidad de las traducciones realizadas es aún más importante: un fallo podría derivar en una tragedia (como en el caso de Willie Ramírez).
La precisión y calidad de las traducciones realizadas es aún más importante: un fallo podría derivar en una tragedia.
Los hallazgos médicos a menudo abarcan una cantidad significativa de documentos, lo que hace que cumplir con los plazos y hacerlo de una forma precisa y profesional sea una tarea realmente complicada; por esta razón, un intérprete debe anteponer la ética profesional a la hora de aceptar casos y no intentar abarcar demasiado, ya que los posibles fallos que pueda cometer por las prisas y el volumen de trabajo podrían llegar a ser muy graves.
La mayor parte de los pacientes prefieren poner este tipo de traducciones en manos expertas para sentirse más seguros.
La traducción de calidad y la entrega a tiempo requieren un alto grado de competencia y una visión compleja. No es casualidad que la traducción médica tenga su precio; sin embargo, cuando se trata de salud, la mayor parte de los pacientes prefieren poner este tipo de traducciones en manos expertas para sentirse más seguros. Nuestra obligación es garantizar que nuestro trabajo puede disfrutar de la total confianza del paciente y del médico.
Hagamos un inciso
Hablemos un poco del secreto profesional. ¿Pero qué tiene que ver este tema aquí? Nada y, a la vez, todo. Este punto está recogido en los códigos deontológicos para intérpretes y traductores judiciales y jurados y también se incluye en el código deontológico de los especialistas en medicina, ya sea humana o animal. Se trata de un código ético y moral que todo profesional que se precie y que realmente quiera hacer honor a su profesión debería cumplir. Y, aunque esto parece algo muy obvio, lamentablemente hay una minoría no tan pequeña que no respeta el código deontológico.
Entendemos que este es un punto que es necesario tener en cuenta en todos los ámbitos de la traducción y la interpretación, pero aún más en las traducciones médicas, puesto que única y exclusivamente podremos entregar los documentos a la persona solicitante o, en su caso, a un representante debidamente autorizado para ello. También está totalmente prohibido hablar de los casos que nos llegan.
No arriesguemos nuestra reputación y, sobre todo, no arriesguemos la salud de nadie por no perder clientes.
Así mismo, si no estamos seguros de poder garantizar la profesionalidad de nuestro trabajo porque no estamos familiarizados con el contexto, nos falta formación o no conocemos los tecnicismos para la realización de una traducción/interpretación precisa, es mejor que orientemos a nuestro cliente hacia otro compañero experto en este tipo de traducciones. No arriesguemos nuestra reputación y, sobre todo, no arriesguemos la salud de nadie por no perder clientes.
Todo importa…
En áreas multiculturales como son las islas Canarias, conocer las diferentes culturas es casi tan importante para el intérprete como usar correctamente la terminología médica. Hay muchos grupos étnicos en los que no se pueden usar ciertas palabras o expresiones, y hacerlo puede causar serias dificultades. Por ejemplo, en un caso real sucedido a un colega, el marido de la paciente a la que estaba interpretando se negó a seguir con el examen médico de su mujer por una palabra que se usó durante la consulta y que en su religión consideran inapropiada.
Esto nos demuestra que no basta con dominar uno o varios idiomas, sino que hay más cosas de las que preocuparnos y sobre las que debemos investigar, como la cultura del país, su gente y sus costumbres, si realmente queremos hacer nuestro trabajo a conciencia y de una forma moralmente correcta. Por eso el trabajo del intérprete es tan complejo: no se trata de ser diccionarios vivientes; se trata de mucho más que palabras, frases o expresiones.
¿Cómo evitar el desastre?
Igual de importante es la formación personal y, sobre todo, el exigirnos a nosotros mismos procurar siempre acercarnos a la excelencia.
Muchos de estos peligrosos errores de traducción podrían solucionarse con más traductores e intérpretes que estén cualificados y sigan un programa de formación continuada especializada en el área de las traducciones médicas. Igual de importante es la formación personal y, sobre todo, el exigirnos a nosotros mismos procurar siempre acercarnos a la excelencia.
Según un estudio llevado a cabo por varias aseguradoras alemanas en 2011, en Alemania se cometieron alrededor de 4000 negligencias médicas en clínicas y hospitales, muchas de ellas motivadas por informes y prospectos mal traducidos, así como por errores de interpretación durante la comunicación in situ entre los sanitarios y los pacientes.
A veces, el intérprete no tiene que hacer malabares entre dos lenguas de dos países diferentes, sino entre distintos dialectos del mismo país.
En definitiva, para abordar este tipo de traducciones, además de poseer excelentes habilidades lingüísticas, el traductor debe tener un gran conocimiento del tema y haber recibido una capacitación específica. Debe dominar el vocabulario técnico, ya que, como hemos dicho, los textos son altamente sensibles. Por otro lado, existen casos específicos, como la traducción al español, en los que se deberían utilizar la forma y el vocabulario reconocido oficialmente en el país de destino, el castellano en este caso, lo mismo que ocurre con otros idiomas como el francés, el ruso o el farsi. En muchos países, la lengua oficial reconocida por el Estado como lengua materna varía de una zona a otra. Esta diferencia es a veces tan marcada que, si se utiliza el dialecto de esa zona, por ejemplo, en una interpretación médica, podría inducir fácilmente al médico a cometer un error. En algunos países de África y Asia, debido a las enormes distancias, la diferencia dialectal es tan grande que viajar de un extremo a otro del país significa encontrarse con una lengua hablada completamente distinta. Por esta razón, a veces, el intérprete no tiene que hacer malabares entre dos lenguas de dos países diferentes, sino entre distintos dialectos del mismo país.
Además, los traductores médicos deben comprender completamente los problemas éticos y muchos conceptos de atención médica, y tener habilidades de escritura, investigación, análisis y lectura de primer nivel. También es esencial que se mantengan al día de todas las novedades sobre términos médicos, medicamentos, síntomas y enfermedades.
Me gustaría cerrar este artículo con una anécdota que podría cambiar tus conocimientos sobre «la lengua».
El médico Davis Häing escribió en 1901 un artículo sobre la psicofísica del gusto. La traducción de ese trabajo, obra de Edwin Boring, dio pie a una creencia popular vigente hasta el día de hoy.
El médico Davis Häing escribió en 1901 un artículo sobre la psicofísica del gusto. La traducción de ese trabajo, obra de Edwin Boring, dio pie a una creencia popular vigente hasta el día de hoy. Häing centró su estudio en los diferentes niveles de reconocimiento de sabores de la lengua en su conjunto, pero Boring malinterpretó ese concepto y señaló en su traducción que existen áreas específicas para cada sabor. En realidad, todas las papilas gustativas son capaces de detectar todos los sabores, aunque no degustamos los distintos sabores con la misma intensidad en todas las partes de la lengua.
Así que ahora ya sabemos que lo que nos han enseñado desde la infancia (y la generación que está creciendo sigue recibiendo esta información) es en realidad una enorme equivocación. Cuando alguien dice que no siente el sabor salado porque esa parte de su lengua no lo detecta correctamente, por ejemplo, porque acaba de quemarse la punta de la lengua con la sopa caliente, lo que ocurre es que está dando crédito a un viejo concepto erróneo que tiene su origen en un simple error de traducción.
Bibliografía
Albarrán Martín, R. Traducción y medicina: aspectos epistemológicos e interdisciplinares para la formación de traductores especializados en ciencias de la salud. [Tesis doctoral]. Universidad de Salamanca, Facultad de Traducción y Documentación. Salamanca, 2012. [consulta: 20 de septiembre de 2023].
Marsh, M. «Algunas consideraciones sobre la traducción médica». Aproximaciones a la traducción. Centro Virtual Cervantes, 2018. [consulta: 20 de septiembre de 2023].
Muñoz-Miquel, A. «La traducción médica como disciplina académica: algunos rasgos definitorios». Hermēneus. Revista de Traducción e Interpretación [Facultad de Traducción e Interpretación de Soria, Universidad de Valladolid], n.º 18 (2016), pp. 235-267. [consulta: 20 de septiembre de 2023].
Rodríguez Martínez, M. C. La traducción de las ciencias farmacéuticas (francés-español): El prospecto de medicamentos para uso humano. [Tesis doctoral]. Universidad de Málaga, Facultad de Filosofía y Letras. Málaga, 2018. [consulta: 20 de septiembre de 2023].
Renata Kinga Hittig
Renata Kinga nació en Budapest y con aproximadamente 8 años se trasladó con su familia a Tenerife. Al cumplir los 14, hizo un curso de auxiliar clínico veterinario y unos años más tarde se formó en etiología y peluquería canina-felina. Posteriormente, cursó el grado de Veterinaria en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Tras graduarse, siguió formándose y trabajando en el ámbito de la reproducción, la neonatología y la cirugía veterinarias. Actualmente, está preparando su tesis doctoral en biomedicina y haciendo un máster en Traumatología y Ortopedia Veterinaria. Hace traducciones médicas para el Consulado de Hungría desde hace unos diez años, aunque la traducción y la interpretación han estado presentes en su día a día durante toda su vida.