Durante la preparación del número 4 llegó a nuestras manos un artículo sobre ergonomía que iba dirigido no tanto a quienes llevan mucho tiempo en la profesión y ya arrastran los típicos problemas físicos derivados de las horas de trabajo delante del ordenador, sino a quienes empiezan ahora y todavía están a tiempo para evitarlos. Aquel artículo nos sirvió de inspiración: decidimos posponer su publicación y utilizarlo de pretexto para buscar más artículos relacionados con la ergonomía —entendida en su sentido más amplio— y publicarlos todos en el número que tenéis en vuestras manos.
Así, a pesar de que no se trata de un número monográfico, a lo largo de esta edición encontraréis varios artículos con el sello «ergonomía» que tratan ese asunto desde los ángulos más diversos. Aunque en ellos se tocan cuestiones como la organización del espacio de trabajo y se dan algunas nociones generales sobre las posturas más recomendables para que nuestras horas delante del ordenador no sean una tortura ni dejen secuelas, no hemos querido convertir este número de nuestra revista en un manual de ejercicios físicos y recomendaciones médicas, ni en un catálogo de mobiliario de oficina y accesorios informáticos —ratones, lápices ópticos, teclados y sillas— más o menos ergonómicos y novedosos.
En el presente número de La Linterna del Traductor preferimos hacer hincapié en algunos aspectos que se suelen pasar por alto en nuestra vida profesional: la importancia de aprender a aprovechar al máximo ese tiempo de sedentarismo obligado, para evitar distracciones que nos obligarían a alargar innecesariamente la jornada laboral; cómo conseguir que las tensiones y el estrés derivados de las prisas y los plazos ajustados no hagan mella en nuestro estado físico o mental; cómo obligarnos a descansar de vez en cuando y a no olvidar que hay vida más allá de nuestra mesa de trabajo… También hemos prestado atención a la problemática específica de los intérpretes, que a todo lo anterior suman el factor de que no pueden elegir el entorno en el que trabajan, un entorno que no siempre es ideal.
A partir de este número se produce, además, una novedad que anunciamos con especial orgullo: el lanzamiento simultáneo de la edición de La Linterna del Traductor en los formatos pdf y html, así como una edición especial para lectores electrónicos o e-readers, que estará disponible dentro de unas semanas. Esta versión para lector está pensada para aquellos que prefieren leer la revista cómodamente sentados en su sillón favorito.
Toda esta ampliación de formatos ha sido posible gracias al enorme esfuerzo colectivo que todo el equipo —redactores, jefes de sección, maquetadores, correctores— ha hecho para poner la revista a la altura de las exigencias y necesidades tecnológicas de los lectores. Simultáneamente estamos trabajando también en la edición html y para lector electrónico de los números anteriores, que se presentarán en estos nuevos formatos en un futuro próximo, empezando por el primer número, que ya está disponible en html.
Quiero mencionar, por último, que al cierre de esta edición se celebraba la asamblea general de asetrad en Valencia, con el correspondiente relevo de cargos en la junta directiva de nuestra asociación. La falta material de tiempo para incluirlo nos ha impedido publicar un resumen de las jornadas; no obstante, en la sección «La Voz de Asetrad» encontraréis reseñada la nueva composición de la junta directiva, que está encabezada —y lo decimos con orgullo— por Elena Pérez, colaboradora habitual de esta publicación.
Una vez más, gracias por dedicarnos vuestro tiempo. Esperamos que la lectura de este número os parezca amena y os ayude a desconectar un poco de las prisas diarias.
Isabel Hoyos Seijo
Jefa de redacción de
La Linterna del Traductor