10 diciembre 2024
Inicio > Número 8 > Entrevista a una profesora de Traducción e Interpretación

Entrevista a una profesora de Traducción e Interpretación

En primer lugar, muchas gracias por haber aceptado responder a esta entrevista, Anabel.

Los estudios universitarios de Traducción e Interpretación (TeI) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) son los más antiguos de España (1973);  poco después se le unieron los de Granada y Las Palmas de Gran Canaria. ¿Cómo se accede en este momento a los estudios de TeI en la UAB? ¿Existe examen de acceso?

Para acceder al grado de TeI con inglés como lengua B se requiere un nivel mínimo B2 del Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas. Para comprobar si los estudiantes tienen un nivel adecuado deben pasar una prueba de acceso.

En el caso del alemán y el francés se requiere un nivel mínimo B1, y para determinar si tienen el nivel adecuado deben aportar algún certificado que acredite su nivel y, además, pasar una tutoría con un profesor. Durante el mes de septiembre se organizan unos cursos propedéuticos para aquellas personas que llegan justitas al nivel B1.

¿Qué idiomas maternos y extranjeros pueden cursar los alumnos de TeI de la UAB?

Los idiomas maternos que pueden cursar los estudiantes son el español y el catalán. Durante la licenciatura, el idioma materno que se escogía en primero era el que debía mantenerse a lo largo de toda la carrera. Sin embargo, en el nuevo grado el estudiante puede cambiar y cursar una asignatura de traducción de su lengua extranjera al catalán y otra al castellano, algo mucho más acorde con el bilingüismo de gran parte de nuestro estudiantado.

Los idiomas extranjeros que pueden cursar son: inglés, francés y alemán como lenguas B, mientras que como lengua C, es decir, el idioma del que no se requiere ningún conocimiento previo, se puede escoger entre alemán, francés, chino, japonés, árabe, portugués, italiano y ruso.

Es interesante ver cómo el mercado va determinando la demanda del idioma C: hay idiomas que durante unos años no son demasiado solicitados y de repente no conseguimos dar respuesta a todas las solicitudes recibidas.

¿Ha cambiado el perfil del estudiante de TeI a lo largo de las últimas décadas en tu facultad? En caso afirmativo, ¿en qué medida?

Creo que un aspecto que ha cambiado enormemente es la diversidad de los estudiantes. Tenemos un gran número de estudiantes de movilidad que vienen a realizar parte de sus estudios a la UAB y, por otro lado, tenemos también muchísimos estudiantes de familias emigrantes. Son personas que, en muchas ocasiones, han nacido y se han escolarizado aquí, pero cuya lengua materna es otra. Esto, en el futuro, podría requerir un replanteamiento de la direccionalidad en las combinaciones lingüísticas que ofrecemos. El tiempo dirá.

Otro aspecto que me gustaría destacar es que con la licenciatura una persona que hubiera cursado otros estudios podía pasar directamente al segundo ciclo. Ello hacía que tuviéramos estudiantes de más edad y con un bagaje de estudios y experiencia más amplio que la media de los estudiantes, lo que enriquecía enormemente la dinámica de los grupos. Lamentablemente con el grado ya no es posible acceder directamente al segundo ciclo.

Actualmente, al hablar de formación universitaria, es inevitable abordar el Plan de Bolonia. ¿Hace cuánto tiempo se ha implantado en tu facultad y cómo ha afectado este proceso al profesorado de TeI?

En la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universitat Autònoma de Barcelona se implantó el nuevo grado durante el curso 2009-2010; eso quiere decir que en el presente curso académico (2012-2013) estamos implantando el cuarto y último año del grado. No obstante, en el curso 2003-2004 se inició el plan piloto.

Ha sido un proceso complejo, pero desde el año 2008 hemos contado con una comisión de implantación, formada por profesores expertos en las diferentes materias y dirigida por Amparo Hurtado. Esta comisión ha sido la encargada de establecer las competencias específicas y transversales que configuran el grado, la progresión de los resultados de aprendizaje que se esperan de los estudiantes, la metodología docente y la evaluación. En este sentido, se ha facilitado la tarea de los profesores, ya que se han ido organizando reuniones con el profesorado implicado para darles las pautas que debían seguir.

El Plan Bolonia ha significado un cambio de paradigma en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se ha adoptado el crédito europeo ECTS como unidad de acreditación y transferencia, la formación por competencias y la evaluación continua. Lo más importante ha sido situar al estudiante en el centro de la acción formativa y que la evaluación se haya convertido en el eje vertebrador de toda la formación. Ello implica que se evalúa para que el estudiante aprenda, se evalúa el proceso y no solo el producto, se evalúan competencias, y se promueve una evaluación objetiva con unos criterios explícitos, transparentes y vinculados al proceso de aprendizaje.

Es obvio que este cambio ha requerido un gran esfuerzo de adaptación por parte del profesorado. La UAB ha ofrecido infinidad de cursos y talleres de formación para que pudiéramos adaptarnos a Bolonia. No obstante, debo decir que la FTI, y supongo que la mayoría de facultades de TeI, contaba con la ventaja de que un gran sector del profesorado ya aplicaba metodologías activas, procedentes de la didáctica de lenguas, potenciaba el aprendizaje autónomo y utilizaba un sistema de evaluación continua.

¿Cómo incorporan los estudios de TeI la tecnología en la formación de sus alumnos? ¿Y los aspectos profesionales? ¿Crees que actualmente los egresados salen mejor preparados para el mercado laboral?

En lo que se refiere a la tecnología para traducir e interpretar, en el grado de TeI existen las materias instrumentales, formadas por distintas asignaturas, en las que el estudiante adquiere competencia en el uso de las tecnologías de la información, la documentación y la terminología.

Por otro lado, tenemos la tecnología de la información y la comunicación como apoyo en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Hoy en día, creo que no se puede entender la formación superior sin un entorno virtual de enseñanza-aprendizaje, el uso de foros, blogs, marcadores sociales, repositorios colaborativos, documentos compartidos, etcétera. En mi opinión, un buen uso de estas herramientas favorece la flexibilidad de horarios, la organización del trabajo, la responsabilidad y la autonomía del estudiante, al tiempo que promueve la interacción y el trabajo en equipo. Además, la combinación de materiales en soportes diversos (audio, texto, imagen, animación) favorece la educación inclusiva.

En relación con los aspectos profesionales, en nuestro grado en TeI se ha incorporado una competencia específica que incluye los ámbitos de empleabilidad, los códigos deontológicos fundamentales, las asociaciones de traductores, los portales de traducción, la iniciación de servicios, las tarifas y la confección de presupuestos y facturas.

Además, con el fin de trazar un puente entre mercado y universidad, nuestra decana, Laura Santamaría, tuvo la idea de crear en 2011 un vicedecanato de profesionalización, cuyo objetivo es mejorar la ocupabilidad del estudiantado, entendida como la probabilidad de inserción en el mercado de trabajo que depende del individuo. En este sentido, hemos diseñado un programa de inserción laboral articulado por talleres, conferencias, mesas redondas, visitas a entidades, evaluación de competencias, jornadas de profesionalización y prácticas externas.

Para las conferencias y las mesas redondas, traemos a profesionales de la traducción y la interpretación para tratar temas como los inicios en la profesión, las asociaciones de profesionales, las agencias de traducción, el trabajo para clientes en el extranjero.

Los talleres, impartidos por profesionales tanto de la traducción y la interpretación como de otras áreas, giran en torno a la visibilidad en la red, la creación de un proyecto profesional o empresarial, la iniciación de servicios o la búsqueda activa de trabajo.

La evaluación de competencias consiste en detectar, mediante un test, deficiencias generalizadas en aquellas competencias transversales que demanda el mercado; en función de los resultados de este test se organizan talleres específicos.

Las jornadas de profesionalización se celebran cada año antes de finalizar el curso académico y consisten en toda una serie de conferencias y talleres en los que los estudiantes participen activamente.

Por último, las prácticas profesionales se realizan durante el último curso del grado y permiten que el estudiante realice tareas de traducción o interpretación reales. Dada la larga tradición de cursar las prácticas curriculares en la UAB, en la actualidad disponemos de una base de datos con aproximadamente trescientas  entidades. Con el grado, hemos introducido un nuevo instrumento de evaluación para los estudiantes que cursan las prácticas curriculares, que es la carpeta profesional. Con ella podrán empezar a darse a conocer al salir al mercado de trabajo.

Como indicaba anteriormente, esperamos que este tipo de iniciativas ayude a mejorar la ocupabilidad del estudiantado.

Desde la creación de la diplomatura en TeI hace 40 años en la UAB, han existido varios planes de estudios (de diferente duración y, quizás, con y sin proyecto de fin de carrera). De todos ellos, ¿cuál crees que suple mejor las necesidades formativas de los estudiantes, teniendo en consideración el mercado laboral actual? ¿Consideras que conviene cambiar (crear, eliminar o adaptar) alguna asignatura del plan de estudios actual?

Sin duda alguna, me quedaría con el plan de estudios actual. Siempre se ha dicho que había una falta de correspondencia entre formación y empleo, y que la universidad daba la espalda al mercado de trabajo. Pues bien, el concepto de competencia nace precisamente en el mercado de trabajo para medir el desempeño en un puesto de trabajo, y la formación de competencias significa que se están tendiendo puentes para reparar posibles desajustes entre formación y empleo.

No obstante, es obvio que siempre quedan cosas por mejorar y por pulir, y que las propias dinámicas del mercado nos irán indicando qué conviene modificar en el plan de estudios actual.

En cuanto al trabajo de fin de grado (TFG), creo que todavía es pronto para hacer una valoración, pero me parece que es una gran oportunidad para que los estudiantes trabajen en temas de su interés. Yo estoy dirigiendo varios TFG en los que los estudiantes están creando su propio proyecto profesional o empresarial, de modo que el TFG les ha brindado la posibilidad de reflexionar y profundizar en el mercado de trabajo y, además, hacerlo de forma supervisada.

¿Cómo se ve el mercado laboral de la traducción e interpretación en estos momentos desde la facultad?

En la actualidad, la crisis está afectando a todos los sectores, incluidas la traducción y la interpretación. Muchos traductores autónomos han tenido que buscarse otras vías para conseguir ingresos o aceptar las tarifas que se pagaban hace 10 años.

¿Los alumnos suelen tener algún contacto con profesionales del sector, por ejemplo a través de listas de distribución o foros profesionales? ¿Crees que el alumnado en general conoce las asociaciones profesionales?

En la FTI de la UAB, como mencionaba anteriormente, organizamos numerosas charlas y mesas redondas con profesionales precisamente para aproximar a los estudiantes a las experiencias de los profesionales del sector. Intentamos que estos profesionales sean de perfiles diferentes: traductores jóvenes que hace poco que se han incorporado al mercado de trabajo, propietarios de una agencia de traducción, traductores jurídicos, traductores técnicos, etcétera. También vienen miembros de algunas asociaciones de traductores para dar a conocer los servicios que ofrecen y las ventajas que tiene hacerse socio. Esta es una profesión en la que, dado el elevado porcentaje de profesionales autónomos, es muy importante formar parte de un colectivo. Ello le ayuda a uno a estar actualizado acerca de lo que sucede en el mercado e incluso a disponer de un escaparate en el que hacer visibles los servicios que se ofrecen.

¿Qué opinas de la función que pueden desempeñar las asociaciones profesionales en el sector? ¿Qué crees que podrían aportar a los profesores y a las facultades de TeI?

Las asociaciones de traductores pueden educar al mercado. Recuerdo que, hace unos años, desde la antigua Asociación de Traductores e Intérpretes de Cataluña estuvimos preparando un folleto que repartíamos entre las empresas y los profesionales que nos encargaban traducciones. En este documento se les informaba de la necesidad de prever unos plazos adecuados para que el traductor pudiera hacer su trabajo, de ofrecer glosarios en el caso de tenerlos, de la importancia de pagar unas tarifas justas para recibir una traducción de calidad, etcétera.

Las asociaciones también pueden ser importantes para acercar la problemática del mercado a las facultades de TeI. En este sentido, pueden informarnos de empresas que siguen malas prácticas para que la universidad no firme convenios de prácticas con ellas, o puede ofrecer talleres sobre fiscalidad, códigos deontológicos y muchos otros temas de interés para los estudiantes y futuros traductores. Al fin y al cabo, las asociaciones son las que mejor conocen el mercado y deberían realizar una labor informativa y formativa.

Por último, creo que las asociaciones tienen un papel importante ante las instituciones. En estos momentos están ejerciendo bastante presión para cambiar lo que sucede con la interpretación judicial.

¿Hay algo que no te haya preguntado que te gustaría comentar?

Me parece muy interesante que deis la oportunidad a las facultades de TeI de dar su opinión sobre los estudios.

Por último, ¿se te ocurre algún tema que te gustaría que se tratara en La Linterna del Traductor?

Es interesante que tratéis cómo se va transformando el mercado de la traducción.

Muchas gracias, Anabel, por haber contestado a todas nuestras preguntas y por dedicarnos tu tiempo.

Ana Hermida
+ artículos

Es licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidade de Vigo. Desde 1998 es traductora del portugués, español y gallego al español y gallego. Vivió durante más de 13 años en la zona de Lisboa y sigue siendo una enamorada de Portugal. En la actualidad imparte docencia en el Máster en Traducción para la Comunicación Internacional de la Universidade de Vigo y en el grado en Traducción e Interpretación de la misma universidad como profesora invitada. Asimismo, administra la lista Ibérica, dedicada a la traducción portugués <> español, y Tradgal, que se centra en la traducción del/al gallego.

Anabel Galán-Mañas
+ artículos

Anabel Galán-Mañas es licenciada en traducción e interpretación (UAB) y doctora en traducción, interpretación y estudios interculturales (UAB). Ha ejercido como traductora e intérprete del inglés, portugués y francés al español durante más de 15 años y en la actualidad es profesora de traducción en la UAB, donde ocupa el cargo de vicedecana de profesionalización. Es miembro del grupo de investigación PACTE (Proceso de Adquisición de la Competencia Traductora y Evaluación). Sus líneas de investigación son la adquisición de la competencia traductora y la enseñanza-aprendizaje de la traducción, con especial énfasis en la semipresencialidad y el uso de las TIC en la formación de traductores, la evaluación de competencias y la profesionalización de traductores e intérpretes.

Redes Sociales

956me gustaMe gusta
10,638seguidoresSeguir

Último número

- Advertisement -spot_img

Artículos relacionados