Son ya cinco años los que cumple La Linterna del Traductor con este nuevo número. Hemos publicado hasta ahora diez números (uno de ellos doble), que equivalen a más de 1.200 páginas en PDF; además, ocho ejemplares en html y seis en epub y mobi, para dispositivos móviles. Estas cifras no se generan solas: hay muchas personas vinculadas con su trabajo a la aparición regular de La Linterna. La tarea que estas personas llevan a cabo es ingente: coordinan secciones, aportan artículos, corrigen originales y galeradas, revisan, maquetan, preparan ediciones en diversos formatos, difunden información, aportan ideas, fotografías y sugerencias… La mayoría de estos colaboradores son traductores, intérpretes o correctores profesionales. Todos ellos están ligados de alguna forma al mundo de la traducción.
Entiendo que el mérito de La Linterna del Traductor es haber sabido conjugar el trabajo de un equipo numeroso y polifacético para producir lo que desde el principio nos habíamos propuesto: una revista para traductores hecha por traductores. Una revista de temática variada que interese al profesional de la traducción, la interpretación y la corrección. Una revista que recoja artículos teóricos, prácticos, divulgativos y de entretenimiento. Una revista abierta a las sugerencias de los lectores, y en la que los profesionales de la traducción, la interpretación y la corrección puedan publicar sus ideas y sus intereses. Una revista, en fin, modesta pero honesta, cuidada en sus contenidos y en sus detalles.
La Linterna del Traductor se lo debe todo al trabajo voluntario y no remunerado de ese grupo de personas que colaboran para dotar a nuestra asociación, Asetrad, de una herramienta, una voz y una presencia firmes en el mundo virtual. Entre todas esas personas, la revista debe muy especialmente su existencia a una compañera nuestra que, con dedicación absoluta y con un saber hacer envidiable, viene coordinando su funcionamiento desde hace años y se ha convertido en el corazón latiente de La Linterna: Isabel Hoyos, nuestra jefa de redacción.
Ahora, a los cinco años de haber puesto en marcha este proyecto, estimo que ha llegado la hora de retirarme para ceder la dirección a Isabel. Ella se queda al frente de La Linterna en este quinquenio que empieza, en el que seguirá impulsando la revista con brío y con ilusión. Y sobre todo, con magnífica profesionalidad. Nuestra revista no podía quedar en mejores manos.
Una de las mayores satisfacciones que me ha proporcionado a mí La Linterna durante estos años en la dirección ha sido, precisamente, el haberme ofrecido la oportunidad de trabajar con un excelente equipo para aprender, desde dentro, cómo se hace una revista. Seguiré aquí, colaborando, pero sobre todo aprendiendo del equipo y de todos los redactores que ponen sus conocimientos al alcance de todos nosotros.
Ya han pasado cinco años. ¿Quién nos lo habría dicho en el 2009, cuando empezamos? Equipo de redacción, colaboradores, lectores: Brindo ahora virtualmente con vosotros por los próximos cinco. Que La Linterna siga trayéndonos cosas buenas, que siga mejorando y que continúe siendo, en esencia, lo que es: una buena revista para traductores, correctores e intérpretes hecha por traductores, correctores e intérpretes.
M. Barbero
Directora de La Linterna del Traductor
Julio del 2014