Aprovechando el interés actual por la oportunidad de trabajo que para los traductores suponen los organismos internacionales, el pasado 17 de junio APTIC celebró en Barcelona una mesa redonda con cinco ponentes con experiencia en el sector. Muy en el último momento, porque ya habíamos cerrado contenidos, Empar Paredes se prestó a servir de corresponsal para La Linterna y a escribir un breve resumen para los lectores.
Los organismos internacionales emergen como reductos en los que prima la calidad de la traducción y la interpretación.
En los últimos tiempos, en los que grandes sectores del mercado de la traducción han sufrido una precarización considerable, los organismos internacionales emergen como reductos en los que prima la calidad de la traducción y la interpretación y en los que el alto nivel de exigencia va acompañado de una remuneración acorde. Por tanto, el interés que suscitan como potenciales empleadores no ha hecho más que aumentar.
El pasado mes de marzo, el servicio de traducción al español de las Naciones Unidas anunció la convocatoria de examen para cubrir futuras vacantes de profesionales de la traducción. A raíz de dicho anuncio, han sido varias las sesiones informativas y mesas redondas celebradas en el seno de distintas asociaciones. La última y más cercana al examen de la ONU fue la organizada por APTIC con el título de «Mesa redonda sobre organismos internacionales» y que se celebró en la sede barcelonesa de la asociación catalana el viernes 17 de junio. Con esta actividad, APTIC celebraba también su «fin de curso», por lo que había programado un pica-pica con el que cerrar la velada.
La mesa redonda, moderada por Monse Beltrán, traductora y revisora de diferentes oficinas de las Naciones Unidas y de otras organizaciones del sistema, además de socia de Asetrad, contó con la presencia de Enrique Fernández Vernet, actual director de la Sección de Traducción al español de la oficina en Ginebra de las Naciones Unidas; Manuel Saavedra, temporero para diversas organizaciones internacionales; Mary Fons, intérprete de conferencias autónoma habitual del Parlamento Europeo, la Dirección General de Interpretación de la Comisión Europea, la FAO, el Consejo de Europa y la UIT; y, conectada por videoconferencia desde Nueva York, Neus González, traductora del Servicio de Actas Literales de las Naciones Unidas.
Un gran número de asistentes iba a participar en las pruebas de selección de la ONU, por lo que la atención estaba asegurada.
En torno a 60 asistentes acudieron al acto, que también pudo seguirse por streaming. Un gran número de asistentes iba a participar en las pruebas de selección de la ONU, por lo que la atención estaba asegurada. Sin embargo, la mesa redonda resultó ser muy interesante, instructiva y amena incluso para aquellos sin intenciones de postular a una vacante en una organización internacional.
Tras las presentaciones y, tal vez por ser el ente más desconocido, la mesa se inició con la descripción de las particulares tareas de Neus González, que presta servicios de transcripción y traducción de las declaraciones formuladas en las reuniones del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A su exposición le siguió un relato del resto de los componentes de la mesa sobre cómo habían sido sus comienzos en los distintos organismos internacionales. Frente a la relativamente reciente incorporación de Neus González o Manuel Saavedra, contrastan las tres décadas de experiencia de Mary Fons o los casi veinte años de Enrique Fernández. También se trataron las particularidades de la interpretación, las exigencias lingüísticas, terminológicas y de coherencia y el control de calidad, así como ciertas diferencias entre las organizaciones europeas y las «onusinas».
Se explicaron las diferencias entre el trabajo en plantilla, como temporero o con contratas como autónomo, así como los criterios de contratación.
Asimismo se explicaron las diferencias entre el trabajo en plantilla, como temporero o con contratas como autónomo, así como los criterios de contratación, que siempre pasan por aprobar un examen o una prueba del organismo en cuestión. Se llegó entonces a una de las cuestiones que más interesaba a los asistentes: a qué se iban a enfrentar los cerca de 3 500 candidatos presentados al examen de Naciones Unidas. Cultura general, profesionalidad, rapidez y «un español exquisito» son los requisitos que buscan los responsables de los servicios de traducción de los organismos internacionales, así como la capacidad, una vez dentro, de aprender y adaptarse al estilo, las convenciones y la terminología de cada organismo.
En el turno de preguntas se plantearon dudas sobre el inminente examen, sobre las opciones de candidaturas espontáneas, la productividad estándar y la remuneración. Las intervenciones de los componentes de la mesa, de la moderadora y de los asistentes en el público dieron como resultado una interesantísima velada, a la que siguió un distendido pica-pica, en el que no faltó la tortilla, el pa amb tomàquet ni el vino, así como tampoco las ganas de charlar entre compañeros y de lanzarse a la improvisada pista de baile. Esta cronista se retiró bien pasada la medianoche, sin que fuera posible avistar un final próximo a la fiesta.
Empar Paredes
Empar Paredes es traductora e intérprete desde hace dieciocho años, cuando se licenció en Traducción e Interpretación en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Trabaja por cuenta propia, aunque también conoce el otro lado de la barrera, tras su paso de cuatro años como traductora, correctora y gestora de proyectos en plantilla en una empresa de traducción. Está especializada en los ámbitos de la automoción, la maquinaria, la fundición y la tecnología, con incursiones en la traducción editorial, donde cuenta con una quincena de guías de viajes publicadas. Asimismo es traductora intérprete jurada de alemán nombrada por el MAEC. Desde hace cerca de un año, reside a orillas del Danubio en una bonita ciudad bávara.