En septiembre, como parte del programa de formación que organiza Asetrad, se impartió un taller presencial en el que Nora Díaz presentó ejemplos reales y actividades prácticas relacionadas con el uso de herramientas de IA para la edición y revisión de textos.
Ahora nos ofrece un resumen escrito para contarnos cómo funcionan esos chatbots que no pueden sustituir a un editor ni a un revisor; esas herramientas que ejecutan instrucciones y responden a prompts, pero lo hacen de forma conversacional y con contexto. Alguien debe estar al mando de esa «conversación», y ese alguien debe ser un profesional de la lengua. Para poder hacerlo, y también para decidir no hacerlo, debemos estar al día y conocer las, ya no tan nuevas, tecnologías.
Con herramientas cada vez más accesibles y sofisticadas, los profesionales de la lengua hemos encontrado un nuevo aliado en chatbots y aplicaciones basadas en IA.
La llegada de la inteligencia artificial generativa ha revolucionado muchos aspectos del trabajo de los traductores y revisores; la edición y la revisión de textos no son la excepción. Con herramientas cada vez más accesibles y sofisticadas, los profesionales de la lengua hemos encontrado un nuevo aliado en chatbots y aplicaciones basadas en IA.
Los chatbots de IA generativa, como ChatGPT de OpenAI, Gemini de Google, Claude de Anthropic y Copilot de Microsoft, son herramientas versátiles y accesibles que permiten realizar revisiones rápidas, detectar incoherencias y mejorar el estilo de un texto.
Su uso es sencillo: basta con copiar y pegar el texto en la interfaz del chatbot y proporcionar una instrucción específica, conocida comúnmente como prompt. A continuación, se presentan algunos ejemplos de prompts que pueden ser útiles para la labor de revisión de textos:
- Ofrece 3 variantes del texto proporcionado.
Útil para explorar diferentes enfoques de redacción y elegir el tono o estilo que mejor se adapte al objetivo del texto. - Ajusta el texto proporcionado para una cierta audiencia (por ejemplo, para lectores con un nivel educativo de sexto grado).
Con este prompt, el chatbot adapta el tono y vocabulario para la audiencia deseada, lo cual es esencial en textos que deben dirigirse a diferentes tipos de lectores o niveles de lectura. - Refina el estilo y la redacción.
Ideal para mejorar la claridad y la estructura, este prompt ayuda a dar mayor fluidez al texto sin perder precisión.
El revisor no necesita repetir el prompt en cada interacción, ya que el programa recuerda las indicaciones iniciales y ajusta sus respuestas en consecuencia.
A diferencia de tecnologías como los motores de búsqueda o la traducción automática, los chatbots de IA generativa pueden modificar sus respuestas en función del contexto proporcionado por el usuario. Además, su interacción es conversacional, lo que se beneficia del concepto de «ventana de contexto»: un espacio de memoria temporal donde el chatbot retiene las instrucciones y la información relevante durante una sesión. Esto significa que el revisor no necesita repetir el prompt en cada interacción, ya que el programa recuerda las indicaciones iniciales y ajusta sus respuestas en consecuencia. Comprender y aprovechar este principio puede aumentar significativamente la productividad del usuario.
Otra aplicación útil de los chatbots es la revisión comparativa entre el texto de origen y el texto de destino. Esta función permite verificar la precisión y la coherencia entre ambos textos. Los chatbots que incluyen funciones de visión pueden analizar una captura de pantalla con el texto en ambos idiomas y, mediante un prompt específico, sugerir mejoras o ajustar el tono del texto de destino. Por ejemplo, al proporcionar una captura de pantalla de una traducción hecha en una herramienta de traducción asistida por computadora (TAC) que contenga tanto el texto de origen como el de destino, la aplicación puede detectar discrepancias o sugerir alternativas para frases que requieran mayor precisión. Esta es una estrategia ideal para los segmentos más problemáticos en los que la IA puede potenciar la labor del revisor.
Por otro lado, una de las herramientas más poderosas en el ecosistema de IA generativa son los GPT personalizados (custom GPTs). Estas versiones personalizadas y especializadas permiten alimentar al modelo con guías de estilo, glosarios y otros recursos específicos, adaptando las respuestas de la IA a necesidades muy particulares. Esta capacidad resulta especialmente útil en proyectos donde la coherencia y el uso adecuado de terminología son fundamentales. Por ejemplo, un editor que trabaja para un cliente con una guía de estilo estricta y terminología específica puede configurar un GPT personalizado para que las siga de manera rigurosa.
Además de la interfaz tipo chatbot, OpenAI ha introducido recientemente el modo Canvas en ChatGPT, una interfaz que combina las capacidades de un asistente de IA con un entorno de edición visual. Canvas permite trabajar con el texto de una forma más dinámica y estructurada, al proporcionar un espacio donde se puede editar, reacomodar y organizar el contenido de manera visual. Lo anterior es especialmente útil para tareas de edición y revisión que requieren un enfoque más organizado.
Canvas permite aplicar cambios directamente sobre el documento, lo cual agiliza el proceso de edición.
A diferencia de los chatbots convencionales que responden a prompts en una interfaz conversacional, Canvas permite aplicar cambios directamente sobre el documento, lo cual agiliza el proceso de edición. Los revisores pueden interactuar con el contenido en su contexto total, editando párrafos y frases de manera intuitiva, sin necesidad de copiar y pegar continuamente. Además, el panel lateral de Canvas retiene la capacidad de interactuar con el chatbot, lo que significa que el usuario puede aprovechar la funcionalidad añadida sin sacrificar la existente. Esto facilita una colaboración más fluida entre la IA y el revisor, aprovechando la inteligencia artificial para sugerir mejoras mientras se trabaja visualmente con el contenido.
Al integrar IA generativa [en los programas TAC], los traductores pueden aprovechar las ventajas de la IA sin necesidad de salir del entorno de traducción.
Aunque los chatbots siguen dominando la interfaz para interactuar con la IA, las herramientas TAC han comenzado a integrar la IA generativa, lo cual amplía significativamente su funcionalidad. Herramientas como Trados Studio y Wordscope permiten utilizar modelos avanzados de IA generativa para mejorar el flujo de trabajo de edición y revisión, brindando nuevas posibilidades de automatización y control de calidad. Al integrar IA generativa en estos programas, los traductores pueden aprovechar las ventajas de la IA sin necesidad de salir del entorno de traducción.
El nivel de personalización varía según la herramienta. Por ejemplo, Trados Studio permite al usuario ir más allá de los prompts predeterminados y crear sus propios prompts para reutilizarlos según se requiera, mientras que Wordscope ofrece prompts refinados y accesibles mediante botones que permiten aplicar las instrucciones con un solo clic.
Por último, merecen mención especial Lex.page y NotebookLM, dos herramientas que ofrecen funcionalidades de IA que pueden apoyar de manera efectiva la labor de edición y revisión de textos. Lex.page facilita la redacción y revisión colaborativa con funcionalidades avanzadas para la edición de texto, ofreciendo una interfaz intuitiva. NotebookLM, por su parte, asiste en la organización y análisis de información compleja, proporcionando resúmenes, respuestas a preguntas y comparaciones contextuales basadas en documentos cargados por el usuario, lo cual resulta ideal para la investigación y el análisis en profundidad. Al comprender sus capacidades de comparación de documentos, podemos ver su potencial como un aliado en las tareas de revisión.
Conclusión
Las herramientas de IA generativa se han convertido en un recurso invaluable para los profesionales que las integran a su flujo de trabajo y aprenden a aprovecharlas al máximo para optimizar el tiempo y mejorar la calidad de cada etapa del proceso de edición y revisión. Sin embargo, aunque estas herramientas ofrecen capacidades avanzadas, el criterio y la inteligencia humana siguen siendo fundamentales para su uso eficaz. La IA puede ser un apoyo para detectar errores, proponer alternativas y asegurar la coherencia, pero el criterio del traductor o revisor es lo que garantiza que el resultado final sea adecuado para el propósito comunicativo y cultural del texto.
Aprovechar estas tecnologías nos permite no solo mejorar nuestra productividad, sino también enfocarnos en los aspectos más creativos y críticos de nuestro trabajo.
La combinación de la IA con la experiencia humana ofrece lo mejor de ambos mundos: eficiencia y calidad. Aprovechar estas tecnologías nos permite no solo mejorar nuestra productividad, sino también enfocarnos en los aspectos más creativos y críticos de nuestro trabajo, con lo que la IA se convierte en un verdadero complemento que potencia nuestras capacidades como profesionales de la lengua.
Nora Díaz
Nora es licenciada en Lengua Inglesa (UACH, 1992). Desde 1990, trabaja como traductora e intérprete de conferencias con énfasis en temas médicos, científicos y técnicos. Su interés en la tecnología la ha llevado a una exploración constante de herramientas de productividad, entre las que se encuentran herramientas TAC, programas de reconocimiento de voz, de automatización e inteligencia artificial. En su blog, Nora Díaz on Translation, Teaching and Other Stuff, escribe sobre herramientas de productividad. Además, es coautora del libro The Translator's Tool Box. Nora es la coorganizadora de la Artificial Intelligence in Translation Summit, la Innovation in Translation Summit y la Innovation in Interpreting Summit. Además, dirige el Comité de Desarrollo Profesional de la American Translators Association. En 2023, fue reconocida como una de las 30 Mujeres de Mayor Influencia en el Sector de los Servicios Lingüísticos por la revista Multilingual y en el 2024 recibió el premio a la Innovación por parte de la American Translators Association.