Confieso que no tengo ni idea de fotografía. Es más, confieso que ni siquiera siento un interés especial por los aspectos técnicos de esta disciplina. No entiendo de cámaras, ni de objetivos, ni de tiempos de exposición o velocidades de obturación. Tampoco tengo una buena cámara. Y es curioso, porque soy nieta de un hombre que cultivó esta afición con pasión durante toda su vida y sobrina de una mujer que se dedica a ello profesionalmente.
Ahora bien, eso no significa que no me guste hacer fotos.
Para este número he escogido una serie de instantáneas que, además de ser más o menos bonitas, reavivan los buenos recuerdos de las experiencias vividas en los diversos lugares del mundo en los que fueron tomadas. Ninguna de las fotografías —excepto una— ha sido retocada o modificada; todas se han publicado tal cual se tomaron del natural. Son imágenes espontáneas e improvisadas. Seguramente podría haberlas mejorado, pero entonces se habría perdido en cierto modo la autenticidad de aquello que muestran.
Isabel García Cutillas
Me licencié en Traducción e Interpretación por la Universidad de Alicante (con Premio Extraordinario de Licenciatura) en 2006. Desde ese mismo año soy socia de Asetrad y trabajo como traductora autónoma de alemán, inglés y catalán a español especializada en textos técnicos, financieros, cosmética y arte.